Minner Foran [TomTord/TordTom]

11.Algo.

Un fuerte estruendo, acompañado de regaños firmes y fuertes provenientes del interior de la oficina, hizo sobresaltar ligeramente a un chico de cabello anaranjado que estaba a un lado de la puerta, haciendo que mirara con duda las sombras que se veían a través de un vidrio empapelado. Matt se encogió un poco al escuchar los constantes regaños de parte del superior hacia su compañero y amigo, el cual se mantenía en silencio al no tener derecho de cuestionarle a su superior por una cuestión de código.

Sabía que tarde o temprano iban a llamar a Tom una vez que le dieran de alta en el hospital.

El volumen bajó y la voz del superior era poco entendible ahora, pero seguía con su tono estricto. Matt se acercó un poco a la puerta para asomarse, pero se volvió a sobresaltar al ser la puerta abierta con rapidez y fuerza.

El chico castaño de ojos negros a quien esperaba pareció buscar algo con la mirada, y cuando su vista acabó en Matt, alzó una ceja de forma burlona - ¿Qué, te asusté?

Se enderezó rápidamente, pareciendo un poco más alto que el otro - Oh, vamos Tom, como si tú fueras a dar miedo. - respondió instintivamente, sujetando con su dedo índice y pulgar la mejilla derecha, la cual tenía unas cuantas pecas, del recién nombrado. Al estirar un poco la mejilla del de ojos negros, dejó un poco a la vista el aparato dental que usaba ahora sin los alambres al rededor de su rostro, y es que era mejor de esa forma, ya que se veía patético con esos alambres alrededor de su cabeza como si fuera Saturno. Además de que Tom insistía que un superviviente como él no podía verse patético por tener dientes chuecos.

- Ya déjate de bromas. - el castaño frunció el ceño, quitando la mano de su cara - Ahora que por fin estoy libre, acompáñame a una cabina teléfonica, quiero llamar a Edd después de todo este tiempo. - comentó sonriente, empezando a caminar por el pasillo para salir del lugar.

Edd, el tercero del grupo, fue enviado por su familia algo sobreprotectora a Estados Unidos como estudiante de intercambio para que no fuera considerado como voluntario para el servicio militar. El pobre no hubiera sobrevivido ni a la primera semana de entrenamientos, no tenía una buena condición física (para no decir que estaba un poco subidito de peso).

Matt no dijo nada, por lo que su silencio fue entendido como una aceptación al acompañarlo.

Se dedicó a seguirle el paso al de ojos negros, mirando de reojo la cojera de su amigo gracias a que uno de los soldados rivales lo descubrió a último minuto en su misión de espionaje según su reporte.

Matt, a diferencia de Tom, no pudo completar sus entrenamientos y no fue sacado al frente, y la verdad es que se guardaba la culpa de lo que le pasó al chico. Tal vez si hubiera estado con él, no le hubiera pasado nada.

Torció un poco los labios con preocupación - ¿Cómo estará tu pierna? - tenía entendido que fueron balas de rifles, había escuchado que su pierna tuvo el riesgo de ser amputada.

Un asqueroso nudo se le formó en la garganta al imaginar a Tom en silla de ruedas o con una prótesis. Se le hubiera roto el corazón en mil pedazos.

- ¿Ah?, ¡oh!, lo dices por la cojera. - respondió con una pequeña sonrisa el otro, deteniéndose y mirando el lugar afectado - Fue una gran suerte que la bala pasó y salió, a 0,5 cm del fémur... me habrían amputado la pierna o hubiera muerto desangrado si no. - soltó una corta risa de orgullo. Se sentía un gran luchador.

Un gran escalofrío recorrió la columna de Matt, «... me habrían amputado la pierna o hubiera muerto desangrado...». Era preocupante. Tom nunca fue alguien que era considerado "blando" por su forma de ser tan amargada y de humor algo negro, pero tenía miedo de que la experiencia de estar en pleno campo de batalla y haber trabajado como espía lo haya cambiado. Incluso lo había visto estremecerse y congelarse con sonidos inofensivos como el tubo de escape de un auto.

- Si me cuido lo suficiente, puede que no se note mucho en un mes, pero si no, supongo que tendré que vivir con ello. - continuó relatando sin darse cuenta de la preocupación de su amigo, encogiéndose de hombros y volviendo a caminar.

Torció los labios en una mueca preocupada - ¿Y tú brazo? - insistió no muy convencido, siguiéndole el paso aunque sería demasiado fácil pasarlo de largo - ¿Cómo está?

- De maravilla. - dijo con orgullo, moviendo un poco su brazo pues no terminaba de sanar - La bala me rozó.

Eso era otra cosa que le preocupaba a Matt. A Tom se le subió a la cabeza el haber sido reclutado como espía, por haber tomado clases de idiomas antes de ser reclutado, y haber sobrevivido a pesar de que lo descubrieron a último momento. Fue dado de baja en el momento en que fue herido, y su trabajo tampoco ha sido el mejor considerado por los altos mandos ya que fue descubierto en una situación penosa.

Apretó los dientes con enojo. Era un niño, tiene 15 años, esos viejos no debieron enviarlo en primer lugar en el frente de esa devastadora guerra.

En la vida, los hijos entierran a sus padres. En la guerra, los padres entierran a los hijos.

- ¿Sabes?, algo raro me pasó en el frente. - comentó en un murmuro de la nada el castaño claro, haciendo rodar los ojos de Matt, ya que siempre hablaba sobre eso.

- ¿Qué cosa? - preguntó, sintiéndose algo obligado a hacerlo.

- Creo que si... - carraspeó un momento, haciendo que Matt alzara una ceja - Que si no le hubiera robado el arma a un nazi para protegerme, ahora mismo estaría muerto. - se rascó la nuca, con leve tono de duda.

- ¿Ah, sí? - murmuró con una sospecha burlona. Creía que era estúpido, pero estaba seguro que eso no era lo que quería decirle en primer lugar.

- ¡Pues claro! - asintió, recibiendo una mirada sospechosa del otro. Se sintió tonto por un momento al abrir la boca con una embarazosa honestidad, debió pensar mejor lo que hacía.

Claro, lo que dijo era una absoluta mentira, una que duraría años.

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Pensaba publicarlo en mi cumpleaños :"0

Pero bueh, no estaba listo hasta ahora, sjjsjaj

Me siento un poco más emocionada con respecto a seguir esta historia