31.Adultez.

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- ¿Qué has pensado últimamente?

Tord jugó con sus manos, despreocupado, y después se encogió de hombros - Estudiar, trabajar, comprar una casa, tener una familia, etc.

El hombre frente a él lo miró tras las gafas - Responde sinceramente, no con lo que quiero oír.

El contrario soltó una pequeña carcajada - Lo digo en serio.

Lo miró sin estar seguro, para luego prestarle atención al reloj en la sala del consultorio. Faltaban 45 min para que terminara la cita de hoy.

- Entonces, ¿Cómo has pensado lograr esas metas?

Tord lo miró con desdén, sin intención de responder pero con el deber de hacerlo - No voy hacer nada de lo que dije.

El psiquiatra alzó las cejas, como si lo estuviera regañando.

- Sólo pensé cómo sería lograr eso, lo... Maravilloso que sería, supongo. Pero sé que de todas formas; si triunfara en alguno de esos ideales, no van hacer todos.

El hombre no respondió, invitándolo a continuar.

Tord suspiró con pesadez, apoyando su espalda con el respaldo del sofá - No me siento capaz de merecer lo que la mayoría ya tiene. Creo que sí me esforzara el doble, o el triple que los demás, no llegaría a ninguna parte. Es como si tuviera un sendero especialmente para mí, pero que sigue, y sigue, y nunca termina. El camino es empinado, y cuesta mucho avanzar, además de que lo cubre una densa niebla que no deja ver el final... ni siquiera sé si tiene uno. Entonces me tropiezo, y no son tropiezos normales; me rompo las piernas, los cortes son puñaladas, llega polvo a mis ojos y me vuelvo ciego por un tiempo, los golpes me derriban y tengo que estar tendido en suelo sin ser capaz de levantarme, y duele, duele mucho, pero estoy acostumbrado así que no vale la pena llorar o gritar por ayuda, porque nadie va a venir aunque llamara hasta que la garganta se me rompa.

Los ojos que lo miraban a través de los cristales brillaron de manera indescifrable, con un toque de empática curiosidad - Así es como te sientes. - afirmó con un tono de duda, como si estuviera consultando para estar seguro. Tord asintió - ¿Y has soñado con ese escenario?

- Haha, yo ya no puedo soñar, Doctor.

La voz del paciente fue tan monótona y tranquila que uno imaginaría a una máquina pronunciándolas, en vez de a un ser humano vivo. Eran palabras tomadas con una burla indiferente, sin la meta de hacer reír.

El doctor pareció pensar, enjuagando las palabras dichas por Tord, como si quisiera entenderlas - ¿Has estado tomando las pastillas que te receté?

La mueca de Tord se torció, y no respondió nada. Eso fue interpretado como una afirmativa para el doctor, y el paciente se dio cuenta que se delató a si mismo por error.

- Tord, hablamos sobre esto. Para qué te sientas mejor, debes poner de tu parte.

El recién nombrado bufó, exasperado - ¡Lo sé, lo sé!, Pero no me gusta dormir bajo el efecto de esas pastillas. Es cuestión de pestañear un par de veces, ¡Y ya es de día!, Además de que me siento mucho más cansado cuando despierto, y eso es una mierda.

El psiquiatra tosió un par de veces, incómodo - Con el tiempo te vas a acostumbrar a ellas. Te aseguro que vas a dormir mejor a medida que las vayas tomando.

Tord se cruzó de brazos, reacio a cooperar y a escuchar.

Suspiró rendido - Mmh, vamos a seguir trabajando en eso la próxima sesión, ¿De acuerdo?

- No va haber próxima sesión.

Sorprendido, vio al joven. Se notaban unos rasgos en el rostro que lo hacían ver de carácter travieso; por sus mejillas lisas, barbilla fina, labios delgados, y ojos rodeados con pestañas ligeramente onduladas que los hacían ver más afilados, pero no pareciera que estuviera bromeando ni mintiendo.

Minner Foran [TomTord/TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora