El aroma dulce inundaba el lugar, y la rocola parecía moverse al son entusiasta de la música en el Diner llamado Jack's Angel.
Todos los que estaban en aquel lugar, independientemente si fueron para comer, beber, o simplemente divertirse, se movían y balanceaban al ritmo de la música pegadiza.
Era viernes después del medio día, por lo que el restaurante abundaba de jóvenes estudiantes que terminaban una jornada estresante de escuela, entre charlas ruidosas de amigos y pasando el rato sin preocupaciones en general.
El ambiente no era desagradable para Tord, sino ruidoso. Era gracioso escuchar burlas de las personas tan ajenas y similares entre sí, y los colores que lo rodeaban eran llamativos, no le producían malestar. Pero, se hubiera sentido mejor si no se sintiera tan solo.
Era el único que estaba sin compañía en el lugar, sentado en la barra mientras se entretenía al hacer garabatos en su cuaderno.
Los recuerdos y nostalgia no se hicieron esperar, invadiendo su mente, ahogándola en lo que quería dejar atrás. Casi podía rozar con sus dedos la fantasía de salir de esa manera con Patryck y Paul, sin pensamientos oscuros o tormentosos. Aprovechar el presente, sin dejarse sufrir por el pasado, ni agobiar por el futuro. Simplemente vivir. Aún si la desgracia pareciera perseguirlo a donde quiera que vaya, llevándose a todos de su lado. Pero ahí sigue, vivo y coleando, bebiéndose una malteada de chocolate con demasiada crema para su gusto mientras hace trazo tras trazo en su cuaderno un retrato descuidado de la camarera.
Lo pensó unos segundos, y siguió con su labor, pues ya no le importaba si la chica lo veía dibujándola. Tampoco es como si hubiera ido a compartir su tiempo con otros seres vivos, sólo le gustaba los milkshakes que hacían en ese lugar. En el orfanato no tenía mucho que hacer, pues era de los mayores y nunca fue a la escuela, completó sus estudios con clases privadas y mediante libros, por lo que no tenía amistades. En su trabajo era el más joven, no podía entender a sus compañeros de trabajo. Estaba acostumbrado al sentimiento de la soledad sobre su piel, una comezón fría constante recorriendo cada uno de sus poros.
La punta de su lápiz era gruesa, y cada línea que hacía era tan distinta a la anterior. Delgada, difuminada, ancha, fina, sus pensamientos filosos invadiendo su mente, nublando sus sentidos para seguir haciendo aquel retrato improvisado de una extraña.
Alejó un poco su rostro del papel, y suspiró tristemente. No importa lo que hiciera, nada lo satisfacía; nada del mundo, nada de él mismo.
¿Sólo le quedaba seguir viviendo aquella vida monótona sin sentimientos que mostrar?, que desperdicio de oxígeno.
Nada funcionaba para él, y nada cambiaría. Siempre será un niño inútil al cual la vida le gusta patear una y otra vez. Ni siquiera el chico sentado a un lado que mira fijamente su dibujo podría representar algo importante para él...
De repente, la incomodidad del bochorno invade su ser, haciéndolo encoger en su lugar. No era por ser atrapado dibujando a una chica que está prácticamente a dos metros, si no porque la mirada del extraño era tan intensa que Tord se empezaba a preguntar su opinión sobre el dibujo.
- ¿Se te ofrece algo...? - preguntó dudoso, sintiendo sus manos sudar de los nervios.
El chico alzó la mirada en respuesta, y simplemente giró el cuaderno en su propia dirección para verlo mejor. El corazón de Tord pareció saltar a su garganta.
- Dibujas bien... - murmuró en voz baja el muchacho, bebiendo con una bombilla su refresco servido en un vaso de vidrio.
Al noruego le provocó cierta incertidumbre escuchar tal halago, una sensación abandonada que la había olvidado. Sintió su rostro tomar más color que antes.
- ¿Vas a alguna clase de arte?
La pregunta llegó a sus oídos como un consuelo, una suave caricia en sus heridas que buscaba aliviar meramente su dolor.
- En realidad no. - respondió un tanto avergonzado, dispuesto a seguir con la conversación.
- ¡Estás mintiendo! - exclamó sorprendido el otro, haciéndolo sobresaltar en su asiento - Eres muy bueno, deberías aprovechar tu talento. - alentó con una sonrisa, devolviendo el cuaderno en su posición inicial.
Tord rascó la parte trasera de su cabeza, sintiendo su pecho inflarse de orgullo. Una sensación burbujeante nacida en la boca del estómago hasta llegar a sus cuerdas vocales - No es para tanto, en realidad estoy más atraído por la mecánica.
El chico pareció quejarse, como si un golpe se hubiera acertado en su pecho - Viejo, que desperdicio. No todos tienen tu suerte.
Eso lo descuadró un poco, haciéndolo torcer su sonrisa. Él no tenía suerte. Muchos tenían cosas que otros no, y eso no es simple suerte. Tal vez el pudiera tener habilidades que otros quisieran, pero todo lo que ha querido se lo han arrebatado. No podía llamarse a si mismo alguien con suerte o afortunado, en definitiva no.
Es increíble cómo al ser un simple extraño que no sabe nada, puede causar tanto daño.
Pero... No era su culpa. Él no sabía nada, ya que ni siquiera se conocían.
- ¿Vienes seguido por aquí? - consultó nuevamente el extraño, bebiendo de manera ruidosa lo que quedaba de Coca-Cola en el vaso con la bombilla.
Bueno, tal vez eso último podría cambiar, pensó Tord, sonriendo para sus adentros.
--------------------------------
:)
Estoy exhausta

ESTÁS LEYENDO
Minner Foran [TomTord/TordTom]
FanfictionOdiaba mucho. Odiaba personas. Odiaba pensamientos. Odiaba palabras. Odiaba el hecho de no haber podido evitar tantas muertes, pero ya poco le importaba por su corrompida mente. ¿Era normal incluso el odiar a la sombra que le pertenece? Pero tenía s...