04.Control.

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Le hicieron creer que era débil, pero ahora no lo hace.

Si se sentía vulnerable, entonces alguien tomaba absoluto control sobre él.

Ya no es débil, ¿quién toma el control ahora?

...

Lo llevaron lejos de donde vivía, donde corría, donde saltaba, donde sonreía, donde amaba, donde sentía, donde era libre, donde era indiferente a los problemas que alguna vez aprendería que tendría.

Los problemas llegaron prematuramente, dejando una herida abierta dónde la sangre se derramaba y que todos los días se abría cada vez más, dificultando la cicatrización.

Tal vez haya pasado una mierda de miseria en esa casa, pero por lo menos sintió lo más cercano que era tener una familia, aunque hubiera sido de lo más patética.

Lo que había sentido lo podría describir de una manera simple, se sintió distraído.

¿Eso significaba tener una familia?, ¿estar distraído?, donde hay amor, donde se está roto, dónde no hay ni un mísero sentimientos. Eso parecía sentir, se distraía de su mente, su desarrollo, de la situación en la que se encontraba, incluso del gran caos entre naciones por el odio que sentía.

Pero si seguía estando distraído y siendo parte de una familia indiferente y vacía (porque aunque él no lo quiera terminó siendo parte ella), nunca tendría lo que le pertenece, el control de sí mismo.

Él era más grande que su debilidad. Él era más frío que esa casa y las miradas de aquellos que viven en ella. Él es más malo que sus demonios cegados por el odio. Él más grande que sus miedos y no tiene miedo de hacer lo imposible para regresar la jugada.

"Ojo por ojo, diente por diente", eso es lo que dice la ley de Talión. ¿Qué es eso?, fácil pregunta y fácil respuesta; es una famosa norma que impone el castigo de la misma forma en que fue cometido el crimen.

Lástima que no puede hacer eso.

No tiene cómo.

Pero puede dejarlos en la ruina con tan sólo decir unas palabras. Con un movimiento de sus cuerdas vocales y el tendrá el control de la situación entre el caos.

Pero...

No puede.

No puede hablar.

Por más que quiera y practique, no puede.

No sabe hablar alemán, pero eso es lo de menos.

Sus cuerdas vocales no responden a las órdenes de su cerebro.

Si lo escribe, seguramente será visto con extrañeza. ¿Por qué acusar a alguien por escrito?, será tachado de mentiroso por estúpido.

¿Anonimato?, ese hombre no le hace caso a nada más que su líder.

Pero no aguanta caminar por pasillos donde se escucha el eco del silencio.

No puede hablar, pero tampoco aguanta sobrevivir en ese lugar. Lo asfixia cada vez más, cada vez que se da cuenta que no puede seguir estando en ese lugar.

Una sola oportunidad existe entre tantas opciones que detesta, y esa es sólo ganar su libertad a la fuerza.

Debe arrancar el control que tienen sobre su piel y usarlo por sí mismo.

Así que lo hizo, y sólo requirió elegir la hora en que todos dormían tan plácidamente que no escucharían sus zapatos pisar el césped, sus pantalones en contacto con el muro y su mochila chocar contra su espalda al rebotar. Y cómo olvidar la flema en la foto familiar de la sala.

Minner Foran [TomTord/TordTom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora