What happened in Texas. [Actualizaciones lentas]

Capítulo 11.

-DEAN-

Dean aparcó el Impala al término del camino de tierra que llebaba hasta un sendero poblado de matojos y pasto. Los dos hermanos salieron del coche dando suaves portazos al cerrar las puertas. Dean guardó sus llaves debajo de una de las ruedas del coche mientras Sam cogía la bolsa de viaje caqui llena de armas, balas y combustible que tenían.

Las luces de las linternas parpadearon al presionar los botones de "ON". Dean suspiró y alumbró el camino. Luego, con un simple gesto de asentimiento, comunicó a su hermano que estaban listos para el trabajo, esta vez, de rescate.

***

La humedad de la tierra se filtraba por las grietas de la cueva apareciendo en forma de gotas y formando pequeños charcos en el suelo.

La linterna de Sam iluminaba las paredes y el techo mientras que la de Dean iluminaba el camino musgoso por donde los dos hermanos tenían que buscar a Kate. Los dos hermanos llevaban las pistolas cargadas y en alto cuando oyeron un chasquido resonando en eco por toda la cavidad de la cueva.

-¿Qué ha sido eso?- Preguntó Dean quitándo el seguro de su pistola plateada.

Sam se encogió de hombros y avanzaron con cautela. 

Los Winchester giraron a la derecha hasta que en las paredes vieron arañazos bien marcados provenientes del Wendigo. Dean apoyó las manos en los arañazos siguiendo su recorrido con los dedos.

-Vaya... imagínate a uno de estos en la cama. Se lo tienen que pasar pipa reproduciéndose...-  Rió moviendo las cejas eróticamente.

Sam se le quedó mirando y negó con la cabeza. Comenzó a caminar abandonando a su hermano.

-Sigues sin tener gracia.

-¿Qué? Perdona, soy la diversión en persona.

***

Las manchas de sangre iban siendo más abundantes cada vez que los chicos se acercaban más y más a la cazadora herida. El hedor a podredumbre y a cadaver en descomposición entraban como latigazos en los orificios nasales de Dean, que intentó cubrirse la boca y la nariz con la manga de su chaqueta.

La linterna de Sam alumbró unas piernas que se movían con dificultad hasta que subió el foco y encontraron el rostro de una chica joven sangrando. Se acercaron a ella y le tomaron el pulso: estaba viva, pero respiraba con dificultad. Los ojos de la chica se abrieron y dislumbraron el rostro de Dean Winchester.

Con un suspiro y con dificultad, la chica susurró:

-Oh, puñeta...