¿Qué rayos está pasando?

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Narrador:

En el planeta supremo estaba todo en tranquilidad y normalidad. Mientras un supremo Kaio de baja estatura buscaba por todos lados a su ayudante.

—¡Kibito!—lo llamaba pero éste no respondía ni se dejaba ver.—¿Dónde se habrá metido? "tan gigante y no lo encuentro"...—pensó extrañado para caer en cuenta que...—... Acabo de llamarme a mí mismo pequeño...

Sin más qué hacer decidió volver hacia el árbol donde suelen tomar té, él y los otros dos. Cuando estaba cerca del dichoso lugar notó una figura alta que conocía bien, y volando se acercó hasta esta.

—¡Kibito llevo rato buscándote!, ¿Dónde estabas?

—¡Ah!... su-supremo Kaio... este... llevo rato aquí...

—No es cierto, el primer lugar donde te busqué fue aquí—le extrañó la respuesta del otro.—Además recuerda que tenemos que...

—¡¡No puedo supremo Kaio!!—le sorprendió abruptamente.—Yo... este bueno debo de... yo prometí que... que acompañaría al supremo antepasado a... a-al planeta tierra, y no lo podré acompañar a usted... lo lamento...

—Kibito.

—... ¿S-sí?

—¿Acaso me estás evitando?—le preguntó serio.

—¡No!... como puede pensar eso... yo jamás lo evitaría de esa forma... Y bueno... debo esperar al...

—El supremo antepasado hace una hora que se fue... Y no me comentó que lo acompañarías—se puso más serio.—Algo te pasa y no parece que confíes en mí para contarlo...—se cruzó de brazos sin dejar de verlo.

Esperando una respuesta o alguna explicación de qué es lo que está sucediendo.

—Lo lamento—se disculpó el otro.—Es sólo que no sé ni que me está pasando.  Me siento extraño... Pero no es mi intención evitarlo de tal manera.

Shin se quedó pensando un poco, quería ayudarlo de alguna forma u otra...—Oye... ¿ah?... ¿cuán-do?—no sabía ni cómo, ni cuándo, pero Kibito se había ido de ahí otra vez.

Dejándolo con la palabra en la boca y con dudas todavía.

—... Esto me está dando muy mala espina.

—¿Qué le está dando mala espina supremo Kaio?—preguntaron a sus espaldas.

—¡Ah!... oh, señor Whis. ¿Qué lo trae por aquí?—preguntó al ángel.

—Nada en específico. Iba a ir a la tierra a comer su deliciosa comida e iba a decirle al señor Bills si quería ir, pero resulta que se quedó dormido.

—¿Por qué eso no me sorprende?

—La verdad a mí tampoco. Pero a pesar de que pude haber ido solo vine a invitarlo a que me haga compañía—expresó alegre.

—No lo sé, debo atender un asunto...

—Vamos no sea tan aburrido—dijo con su habitual tono.—Debe relajarse un poco más y además... me estoy dando cuenta que está solo.

—Uh, es sólo que Kibito está extraño desde hace unos días. Y cada que me le acerco este evita a toda costa estar cerca mío. Dice que no es su intención pero está muy preocupado...—se cruzó de brazos y cerró los ojos.—Esto me confunde.

—Oh... bueno dejemos de lado los problemas por ahora—intentó cambiar el ambiente.—De seguro no es algo para preocuparse de sobremanera, confíe en mis palabras. Pronto se solucionará.

¡Cómo No Enojarme! [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora