¡Cómo No Enojarme! [Corrigiendo]

Discusión grande... igual a segundo y último colapso

Narrador:

Todo era tan oscuro. Sin sonido, sin nada.

Nada absoluta.

.

—¡... to!

Se escuchaba cerca.

—¡... vencito!

¿Por qué no podía abrir los ojos?

—¡Hey, jovencito despierta!—ese era el supremo antepasado.

Que fue al árbol a ver sus... cosas importantes cuando al llegar al lugar se dio cuenta de que ahí estaba Shin, pero se alarmó cuando vio que de la boca del mencionado había sangre, incluyendo una pequeña herida que tenía en la cabeza. Había estado moviéndolo durante algunos minutos, pero Shin no parecía querer despertar.

—¡Hey muchacho, ¿qué pasó?! "¿Acaso esto tiene que ver con...?"—pensó preocupado.

Eso era malo, pero debía de mantener la calma y pensar con claridad qué hacer para que Shin despertara... Pero...

"Mantengalo vigilado. Puede que eso afecte incluso su vida"—recordó unas palabras de Daishinkan.—E... es posible acaso... ¿que Shin pueda...?—no quería ni siquiera pensar en eso.

—¡Supremo antepasado!—se escuchó la voz de Kibito acercándose.—¿Q... qué pasó...?

—¡No preguntes y sólo curalo!—le ordenó y el alto lo hizo.—Muchacho ya despierta.

Pero no despertaba, oía pero no podía abrir los ojos.

—Cre... creo que sería una... mejor idea que descansara—mencionó Kibito.

—... Creo que tienes razón, habrá que llevarlo al templo a descansar... hmp...—pensó unos segundos.—Cargalo tu.

—¡¿Yo?!

—Si, aunque no quiero que lo hagas realmente yo ya estoy muy viejo como para cargarlo, y tu eres lo suficientemente fuerte físicamente como para hacerlo.

Eso era verdad, Kibito era lo doble... o lo triple del tamaño y fuerza física de Shin, aceptó aunque no quería, por algo de temor a sabrá que cosa, pero también quería ser de algo de ayuda a Shin.

—Va a acompañarme al templo ¿verdad?—preguntó ya con Shin en brazos... como un bebé.

—Claramente no lo dejaré sólo contigo—aclaró.—¡Vamos!

Y así ambos fueron hasta el templo para dejar descansar a Shin, después de dejarlo dormir en su respectiva habitación ambos se fueron a la entrada del templo. Cuidando cada cierto tiempo por el posible despertar de Shin.

—Supremo antepasado—llamó el alto.—¿Qué fue lo que le paso Shin-sama?

—Desgraciadamente no lo sé. Solamente fui al gran árbol para ver mis cosas, pero lo vi ahí tirado, con algo de sangre saliendo de su boca. Y de una herida que tenía en la cabeza, intenté hacer que despertara, lo llamé, le grité un poco y lo moví, pero no logré que abriera los ojos. Fue ahí donde llegaste tu—acabó de relatar.—... ¿Estás bien?

Había notado que Kibito se empezó a poner algo tenso y nervioso.

—Bueno... es sólo que ayer que estaba esperando aquí mismo cuando llegara Shin-sama... me estaba empezando a sentir muy mal, todos mis sentidos estaban fallando, había notado su presencia llegar al planeta pero ahí empecé a sentirme así, no se como lo hice, pero logré irme a mi habitación... aunque tampoco se como es que decidí irme, y traté de dormir. Lo hice pero...