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Ella no dijo nada que no cumpliera, y en poco tiempo todos hablaron de eso

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Ella no dijo nada que no cumpliera, y en poco tiempo todos hablaron de eso. Los años pasaron y las palabras tuvieron su peso, ocasionando que fuera ignorado por todos, o bueno, casi todos. Me convertí en el constante centro de burlas para algunos, como es común en las personas que son "diferentes". Las burlas siempre dolieron y dificultaron mi vida, pero siempre guardé la esperanza de que en el futuro llegarán cosas buenas.

Tenía catorce años cuando todo se sintió aún más intenso, y cuando mi curiosidad llego a su punto máximo.

Ese mismo año llegó un chico nuevo a la escuela, su nombre era Jeon Jungkook. Guiado por la novedad, intenté ser su amigo, por la curiosidad de conocer más al chico que parecía ser el único al que aparentemente no le importaba lo que dijeran de mí, ni tampoco mi forma de ser. En ese tiempo también me uní al club de teatro, se convirtió en mi escape de la realidad y en algo que me gustaba demasiado, de las pocas cosas que se me daba bien.

Solía quedarme de los últimos en el salón de clases, para evitar las usuales burlas a la salida. A veces esperaba en mi pupitre, donde veía a Jungkook pasar por afuera del salón, me apresuraba para poder alcanzarlo y conversar con él. Muy prontamente presentaríamos una obra de teatro muy conocida, Romeo y Julieta, por lo que los ensayos eran cada vez más seguidos. Sin embargo, aunque Jungkook había llegado ese año, había conseguido muy rápido el papel principal. Él sería Romeo y Yerim sería Julieta.

— ¡Hey chicos! Han hecho un gran trabajo en la escena del suicidio de hoy.— dije mirando a Jungkook mientras sonreía, era el chico más lindo y talentoso que había conocido en toda mi vida.— Me hizo llorar.

Él me sonrió en respuesta.

— Gracias, pensaba que salió bastante bien también.— dijo Yerim tímidamente.

Los tres caminábamos por los pasillos, todos los estudiantes se dirigían a la salida. Los talleres habían terminado y cada quien iba con su grupo de amigos.

— Desearía que la parte de Julieta fuera para un niño.— dije, pero no sabia porque razón lo había dicho.

¿Sería por qué realmente me parecía interesante?

¿O simplemente por qué Jungkook era Romeo?

Él me miró fijamente.

Desvié la mirada al darme cuenta de mis palabras, había sonado muy raro. Miré a mi alrededor y aquellas sonrisas burlonas hicieron su presencia una vez más.

— ¡A Taehyung le gustan los niños!

— ¡A Taehyung le gustan los niños! — la misma frase se repetía constantemente en el pasillo, Yerim y Jungkook se detuvieron ante eso y ambos solo observaban incómodos la situación.

Más chicos se unieron a las burlas, siendo a un número bastante grande. Chicos y chicas de distintos grados y edades. Aparentemente, todos conocían a Taehyung, el maldito marica al que le gustaban los chicos.

— ¡A Taehyung le gustan los niños!

— ¡A Taehyung le gustan los niños! — una y otra vez.

Me quedé viendo con notable tristeza cada uno de sus rostros, esas palabras me recordaban constantemente que no era normal, que algo malo había en mi y no era merecedor de ningún tipo de piedad.

Unas chicas empezaron a hacer gestos como si se fueran a besar, con notable burla.

Jungkook solo las observaba fijamente, para luego mirarme a mí con tristeza.

Un chico años menor que yo se acercó.

— ¡Oh, Taehyung! Eres tan lindo, bésame.— exclamó en señal de burla.

Yerim se acercó un poco a Jungkook.

— Jungkook, ¿vienes?

Él me observó una última vez sin decir nada, pero podía ver en sus ojos algo parecido a la tristeza y compasión.

Solo me quedé observando como se alejaba.

Solo me quedé observando como se alejaba

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Marica | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora