Marica | KookV

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"A la luz de los acontecimientos en todo el mundo, donde el matrimonio homosexual ya está permitido..."

Como cada domingo, nos encontrábamos perfectamente vestidos en la misa. Mis padres escuchaban atentamente al cura hablar, con mucha atención cada una de sus palabras. Mamá acariciaba constantemente mi cabello castaño, con cariño.

"Pope Joan VII quiere recordar a los católicos de todo el mundo que la Iglesia no ha cambiado su postura ante este problema."

Los recuerdos de hace unos días hacen su aparición en mi mente, haciéndome sentir culpable por mis acciones. El teatro convirtió el compañerismo en amistad, dejándome conocer aquellos ojos castaños, los secretos y anhelos del alma de un artista. Intenté contenerme, pensar con normalidad y no dejar que la amistad cambiara su curso a lo que suele venir después de ella. No pude hacerlo, y aquellas tardes de teatro se convirtieron en algo más, que nos obligaba a Jungkook y a mí a vernos en secreto, lejos de los ojos de los demás. Los momentos vividos entre él y yo en el parque, tomados de la mano, aparecen y yo no sé qué sentir. Como una alucinación, pareciera que puedo sentir sus cálidas manos alrededor de las mías, pero también mi corazón duele al saber que le he fallado a mis padres.

"Su santidad nos recuerda, y citó: "Es un pecado para un hombre codiciar a otro."

Si realmente es así.

¿Por qué no puedo sacarlo de mi mente?

Yo lo amo.

¿Eso estaba mal?

"Es una abominación para un hombre acostarse con otro, y así, una mujer con otra, fuera de la temporada de cría."

Mi padre observaba sin expresión y mi madre atentamente escuchaba, seguía acariciando mi cabello como un patrón sin fin.

"Cualquier semejante persona albergando lujuria en su corazón hacia el sexo igual..."

Las imágenes de él y yo no abandonan mi mente en ningún momento. El dulce recuerdo de sus suaves labios chocando con los míos se siente amargo, pero sé lo que sentí: fue como estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. La sensación de calidez más reconfortante que sentí jamás; sin embargo, la sociedad no perdona y las palabras ajenas también surcan en mi mente con odio.

"se quemará en el infierno."

Si es por él.

¿Importa?

Yo solo quiero ser normal.