Consumí todas las pastillas que encontré, para simplemente llorar viendo la cruel imagen que el espejo me regalaba. Intenté con desesperación quitar la marca en mi frente, pero no se iba, por más que lo intentaba y refregaba, estaba marcado. Era totalmente asqueroso, no importaba si me hacía daño tratando de quitarla, nada funcionaba, no se iría jamás, porque aunque ya no se viera en mi frente, llevaría esa marca en el fondo de mi corazón como un constante recuerdo del sufrimiento que siempre estará presente.
Solo podía llorar como un pequeño niño, porque al final eso era, un pequeño niño que lloraba porque habían cortado sus pequeñas alas sin dejarlo volar ninguna vez.
Mamá seguía insistiendo, pero nada importaba realmente. Mis sollozos se hacían presente en todo el baño, los gritos de angustia que jamás pude dejar ir cobraban protagonismo en aquella habitación que muchas veces presenció mi sufrimiento.
Tomé una pequeña cuchilla de afeitar que tenía mi papá había guardado, quité mis zapatos y parte de mi ropa para luego meterme a la bañera, sumergiéndome hasta sentir el agua al nivel de mi cuello. Mis lágrimas no paraban, convirtiéndose en un río por mis mejillas y me sentía mareado.
Esto era la única solución.
Observé mi brazo izquierdo por unos minutos. Estaba asustado, tenía mucho miedo, quería que mi madre me abrazara entre palabras de amor, quería escuchar su voz diciendo te amo una vez más, quería a mi padre acariciando mi cabello y diciendo lo orgulloso que se sentía de mí. Anhelaba poder abrazar a mi hermano pequeño y decirle que sin importar que suceda, se mantuviera fuerte y seguro de si mismo, que no cometiera el mismo error de su cobarde hermano.
Mamá, papá, Jimin, jamás dejaré de amarlos.
Mi madre seguía gritando que abriera la puerta, girando con fuerza el picaporte, llamando a mi papá en el proceso, pero yo no podía acallar mis lamentos. Estaba roto, el sonido de mi llanto junto con los gritos insistentes de mi madre era lo único que se escuchaba en toda la casa.
Empecé a hacer cortes en mi brazo izquierdo, cortes profundos mientras la sangre caía al agua de la bañera.
No pararía incluso si el dolor me consumía.
"¡Te odio Taehyung!"
La voz de Jungkook se escuchó en mi mente, tan clara y dolorosa que me hizo llorar aún más. Aún sabiendo que me odiaba no podía evitar pensar que no me arrepentía de nada, y si una vez más tuviera la oportunidad de tocar sus manos y besar sus labios, no dudaría en volver a hacerlo. No dudaría en sentir nuevamente la calidez del amor, incluso si significaba morir, la única emoción que tuve en mi corta vida.
Aún si me odias, te amaré por siempre.
Con esto, mis padres ya no se volverían a decepcionar y Jungkook no tendría que soportar lo mismo que yo, sería alguien normal.
Mi hermano no sería apuntado con el dedo solo por ser mi familia, no se reirían de él en su cara, ni adornarían con sus puños y patadas su suave piel. Sería solo un niño como todos los demás, un niño feliz. Mis padres los serían también, mi padre no se decepcionaría todavía más y mi madre no tendría que sufrir por mí.
Pasó de forma rápida, todos los malos recuerdos, mientras como un cobarde terminaba de la manera más fácil con mi dolor.
Mis padres seguían intentando abrir la puerta sin ningún éxito.
El dolor consumió mi pequeña alma, haciendo que ella quisiese terminar con todo y la soledad terminó de matar cada pequeña esperanza.
"Haznos un favor a todos y suicidate." Y es lo que haré, si con eso todos son felices esta bien, es lo que merezco.
Seguí cortando incluso por encima de los cortes que ya había hecho, hasta que el agua de la bañera se tiñó de la sangre que no deja de salir, mis sollozos iban perdiendo fuerza y todo daba vueltas.
Mi cuerpo se sentía liviano por primera vez, mi corazón empezaba a tener descanso, y mi alma comenzaba a dejar el dolor. Oía a la lejanía como mi padre golpeaba la puerta con su propio cuerpo y mi teléfono aún sonaba constantemente desde mi habitación.
Ya no sentí fuerzas para nada, y entonces la puerta se abrió.
— ¡OH, DÍOS MÍO! — gritaron mis padres cuando lograron entrar, la imagen que les proporcionaba era horrenda sin duda.
Perdón.
Mi corazón dio su último latido con la imagen de quienes más amé en la mente, mis padres lloraban intentando levantarme y sacarme de la bañera, todo perdió sentido. Era lo que merecía, era por ser un marica.
"¿El amor es todo lo que necesitas?"
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Marica | KookV
Fanfiction"El amor es todo lo que necesitas." -KookV -Homofobia -En base al corto "Heterofobia" 20190107 #73 en homsexual 20190427 #21 en kookv 20190723 #26 en homosexual 20201226 #15 en homosexual