Capítulo XI

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Sintió un ardor tremendo como si le estuvieran quemando la piel, abriéndosela con un cuchillo caliente y por último hechar alcohol sobre esa herida. El dolor era insoportable pero todo valía la pena, lo valía, no quería que Ethan fuera dañado, él merecía vivir sin dolor, sin tristezas, de todas maneras ella ya estaba condenada y le daba igual si aquella bala acababa con su vida; de todas maneras nunca tuvo vida, ni ahora, ni nunca.
Solo recuerda enfocar sus ojos hacia la luz más cercana y cerrarlos para dormir, el dolor le trajo sueño, cansancio pero felicidad estaba cansada de vivir así. -¿Mamá? -preguntó al ver una señora llorando- ¿Por qué lloras? -intentaba acercarse a ella pero le era imposible por más que gritara ella no la escuchaba, sus ojos se encontraron con los de su madre, una sonrisa salió de sus labios, atrás estaba su padre sentado, mirándola seriamente a los ojos. Sher sintió sensaciones extrañas sobre todo el cuerpo, podía ver como la figura de sus padres comenzaban a desvanecerse; sentía una atracción, vió su cuerpo desde arriba, la estaban reanimando, lo último que alcanzó a ver fue a sus padres sonreír antes de desaparecer por completo aun no era su hora, ellos la seguían cuidando desde ahí arriba.

Hubiera deseado no sentirse tan mal, le dolía todo el cuerpo, sus ojos no querían abrirse, y sus manos ni moverse, solo oía la voz de alguien que a los pocos segundos pudo distinguir muy bien: Ethan.
-¿Me oíste no? Te contaré todo pero por favor no me abandones, no lo hagas, te lo suplico.

Las lágrimas salían de sus ojos ya no quería más dolor, no quería más sufrimiento. Ethan pasó sus dedos con suavidad por su mejilla limpiando cada una de las lágrimas -Carla es una compañera de trabajo, me estaba ayudando a crear una canción para tí. Se suponía que era sorpresa, pero aquí me tienes... -Shera pudo sentir como su corazón dió un vuelco, se sentía melancólico, feliz, triste, todo al mismo tiempo ¿Cómo era eso posible?-Jack... Él es tu hermano -Sus ojos se abrieron como platos ¿había escuchado bien? ¿Estaba muerta? Pestañó dos veces ¿Estaba realmente despierta?- Si Sher, ese adolescente loco es tu hermano. ¿Quién lo diría?

Como si sus dolores desaparecieran intentó levantarse inútilmente pero no podía y Ethan tampoco la dejó moverse, temía que se hiciese daño- T-tengo que-e verlo -su voz salía seca y áspera, como cuando te estás recuperando de un resfrío que te dejó afónico y apenas puedes hablar.

- Quédate tranquila -Ethan acarició su mano- no debiste hacer eso, estoy muy molesto. ¿Sabías que casi te pierdo? -trató de disimular sus lágrimas pero eran imposibles, caían una tras otra con solo hacerse la idea de no tenerla más a su lado- Yo te ayude a encontrarlo, ahora quédate conmigo, no te vayas.

-Yo no soy la persona famosa a la que todos admiran -exclamó muy despacio y suave, trató de sonreír pero su cara mostraba más una expresión de dolor que una sonrisa- no podía permitir perderte- le confesó mientras luchaba con su nudo en la garganta por aguantarse las ganas de llorar- no quería quedarme sola, otra vez, sufrir, ya no... Si tengo que volver a hacerlo, lo haría. -una enfermera se acercó, miró algunos datos del monitor y le pidió a la joven que guarde silencio para su recuperación.

-mi madre está afuera, quiere verte. -Shera asintió- pero si ella entra yo tendré que salir -su rostro cambió a uno triste, apretó aún más la mano de ella, Shera le respondió acariciándole los dedos- la dejaré entrar, vendré en un rato. -tomó su celular y le besó la frente- recupérate.

Apenas salió el joven de la habitación entró Susan con su semblante tenso, se notaba su preocupación, al verla su rostro se relajó un poco aunque seguía preocupada - Uno de los criminales está con vida, cuando se recupere irá a la cárcel -le comentó- mira como te han dejado... -Sher observó a la enfermera irse de la habitación aprovechando el momento para hablar.

-Tenía miedo -le confesó- no quería ni quiero que le pase algo malo a Ethan ya no quería perder a nadie más si yo me iba todo seguiría igual, nadie sufriría, de todas maneras ya estoy condenada. -su voz se estaba mejorando pero seguía áspera y seca.

Contrato para un noviazgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora