Capítulo X

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La ambulancia llegó a su destino tras ella venían dos más donde se encontraban los atacantes, los responsables de todo, y un patrullero que verificaba la llegada de las ambulancias. A ella se la llevaron a un quirófano, Ethan quedó detrás de la puerta mirándola sin poder pasar con lágrimas en los ojos, no lograba entender nada de la situación todo había pasado tan rápido; se miró las manos estaban manchadas de sangre seca de Sher pero eso era lo que menos le importaba aunque se las lavó quizás podrían dejarlo pasar...

Tomó su celular y vio las diez llamadas perdidas, de su madre, de la gente que estaba en la casa esperándolos, todos preocupados. Aquella noche de celebración se había convertido en una pesadilla, marcó el número de su madre ella era la que debía saber todo —Discúlpame, mamá...—dijo con voz entrecortada.

—¿Qué? ¿Ethan? ¿Pasó algo? —Susan chistó para pedir silencio, se notaba por su voz que se había puesto nerviosa. Él no sabía cómo decirlo, cómo hacerlo de una manera menos dolorosa.

—Es Sher —Susan volvió a preguntar "¿Qué?" —un loco me culpó por la muerte de su hija, me quiso matar y ella recibió la bala por mi, perdió mucha sangre, estaba inconsciente cuando llegó al hospital, ahora la están operando... tengo miedo —Susan tomó sus cosas pidiendo perdón y fue a buscar un remis, tenía que estar ahí con su hijo, lo necesitaba. Ethan se quedó sentado con las manos en su cabeza pensando en todo.
Su celular vibró, el nombre de Carla se veía en la pantalla, suspiró, así que por ella empezó la pelea —¿Hola? —exclamó desanimado.

—Eith te llamé hoy pero me cortaron, ¿Ocurre algo? —Se oía unos ruidos de fondo, quizás eran del mismo estudio de grabación— disculpá, hay problemas acá.

Suspiró antes de responder, Carla no era mala persona, él debió haberle dicho a Shera toda la verdad—Te atendió mi novia —aclaró— creo que mal interpretó las cosas, fue culpa mía por no decirle que estuvimos grabando —suspiró— estoy en el hospital ahora, recibió una bala por mi; lo único que quiero es que ella esté bien. Luego hablamos, cuídate.

Por más vueltas que diera no lograba ver salir a nadie de esa puerta, cada vez era peor, los segundos eran eternos, dolorosos, alguien le toca la espalda por un momento pensó que era algún doctor pero al ver la cara de su madre no dudó en abrazarla sus ojos se llenaron instantáneamente de lágrimas pero no lloró, no lo haría, Sher estaba bien de eso estaba seguro. —¿Sabes algo de ella? —él negó— me enteré que Jack es su hermano, ¿Eso es verdad? —asintió— ¿Quieres llorar? Hazlo, quítate la angustia, Shera está bien.

A pesar de las ganas enormes que tenía de llorar se contuvo, temia que pudiera pasar algo si lo hacía. —Estoy bien —exclamó haciendo referencia a lo de llorar— Jack no sabe nada, Shera tampoco... Hoy se lo iba a decir, pero dude en hacerlo ella me dijo; "si tengo que morir lo haré, pero primero quiero encontrarlo". ¿Y si se va cuando se lo diga? No puedo, simplemente no puedo.

Unos de los doctores sale de esa puerta a la que Ethan apodó "puerta del infierno" su cara neutral, no expresaba absolutamente nada no se podía saber si aquello era bueno o malo. ¿Shera estaba bien realmente? ¿Ella había salido bien de la operación?— ¿Familiares de Shera? —el doctor los miró a ambos, cruel realidad ella no tenía familiares, excepto su hermano pero él no estaba en esos momentos.

—Soy su novio —mencionó Ethan— ella es huérfana. Su hermano está en Londres, soy su único familiar por el momento. —el doctor se arrascó la cabeza suavemente, quizás pensando.

—La perdimos por un momento, —confeso el  hombre siendo lo más sincero posible Ethan creyó que su corazón se detendría, creyó que saldría corriendo hacia esa sala o donde sea que ella esté— está estable afortunadamente, aprovecharemos estos días para poder saber cómo está su tumor.

—¿Cuándo podré ir a verla? —Susan miró a su hijo y asintió, ella también quería entrar a estar junto a Shera— ¿Será posible estar ahora con ella?

—En estos momentos debe estar saliendo de la anestesia, está bajo un respirador, está débil pero pueden ir a verla probablemente se alegrará un poco al verlos. —El médico se despidió no sin antes informarles el número de la habitación Ethan suspiró aunque no se sentía del todo allviado las enfermeras no dejaban que él entrase; estuvieron así por media hora hasta que finalmente le cedieron el paso, uno a la vez, Susan le dijo a Ethan que era mejor que él entrara primero.

Le dolió verla tan pálida, débil, indefensa ahí en la cama, quería verla reír, estar con su patineta, volver a oír "te amo" de su parte, volver a verla nerviosa cada vez que él se acercaba para intimidarla. Sus ojos se abrieron poco a poco, y se cerraban, le pesaban, se notaba que también le costaba enfocar porque no distinguía el rostro de Ethan. —No hables —le dijo— quiero decirte todo Sher, absolutamente todo.

Contrato para un noviazgoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora