super-ultra-iper-mega-especial

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La boda era un éxito por donde quiera que lo mirarán.

Las novias Dalia y Victoria estaban envueltas en pura alegría, bailando tanto como sus enormes vestidos lo permitían, riendo de cada pequeña cosa, se amaban y el mundo simplemente era maravilloso.

CJ y Ryo tuvieron que buscar un rinconcito para al menos besarse, mientras Mari estaba siendo distraída por Giotto bailando.

Yuri y Yurio estaban comiéndose en los baños, porque nunca estaba de más darse amor en algún lugar nuevo.

Phichit sufria pero también estaba triste y muy contento, a la vez que orgulloso, tenía una mezcla de sentimientos que ni el entendía de ver a su hija casarse, afortunadamente su maravilloso esposo Seung estaba a su lado compartiendo su sentir.

Una escena maravillosa.

Solo una pareja desidio irse de tan memorable evento.

Solo dos enamorados decidieron alejarse.

Solo Darién y Kaihleen desidieron retirarse para ir a un lugar más privado.

No fueron a casa de alguno, pues no tendían la privacidad que requerían.

Sin otro lugar al que acudir fueron a un hotel, era uno elegante y de protección máxima, pues omegas de clase podían recurrir a ellos para pasar los celos, solos o en compañía, el mejor hotel para tener intimidad.

Si bien ninguno quería adelantar sus planes, tampoco podían negar el gran deseo que tenían al solo verse.

Al llegar a la habitación lo primero que hicieron fue besarse, con amor y deseo desenfrenado, se miraron fijamente y tomados de la mano fueron hacia la cama, sentados lado a lado, parecían pedir permiso para continuar, pero las palabras sobraban ya que sus miradas comunicaban lo que sus cuerpos querían y nesecitaban.

Esta vez sin la influencia del celo, podían disfrutar de cada rose, de cada caricia sin la nesecidad descomunal de tener sexo.

Podrían disfrutar de hacer el amor con pausa y lentitud.

Dándose besos pausados para poder desvestir al contrario, mientras sus miradas decían lo nesecario.

Solo bastaron un par de minutos para que ninguno conservará alguna prenda, la vergüenza estaba presente pero era cubierta por las ganas de amarse.

Kaihleen nunca estubo con nadie pues nadie se compararía a su primer amor, en cambio Darién nunca pudo empezar ninguna relación amorosa por el simple echo de que Kaihleen nunca salió de su mente.

Ahora juntos podían entender sus sentimientos, asimilarlos, compartirlos y demostrarlos en un acto de puro amor.

Lentamente sin demostrar nervios recorrieron el cuerpo del otro con besos y suaves caricias.

El mayor se aseguraba de no dejar ni un solo centímetro de piel sin besar, ganando suspiros y leves gemidos, grabó en su mente esos lugares en los que parecía más impaciente, se aseguró de no dejar de ver sus ojos por más de tres segundos, teniendo así una conexión única.

Dejo para el final, ese anciado trozo de piel erguido por sus toques, dejo suaves besos en la punta y lamidas en todo su extensión, deleitó con gusto todo ese miembro en su boca, subiendo y bajando, haciéndole el mejor oral de su vida, además del único.

No fue mucho lo que el menor pudo resistir y se dejó explotar cuando llego a tocar las estrellas y es que solo su alfa sería capaz de hacerlo ver estrellas al momento de regalarle un asombroso orgasmo.

Apenas se recuperó el aliento y desidio besar al mayor sin importarle el sabor adquirido cuando esté trago todo.

Entre besos llevo sus delicadas manos a su miembro y comenzó un lento movimiento, arriba, abajo, luego rápido y después lo soltó para regresar a masturbarlo lento mientras sus lenguas jugaban entre ellas, después separó el beso y fue directo a chupar su miembro, como él antes lo había echo con el suyo e igualmente degustó su esencia cuando se libero en su garganta.

Un beso sucio que sabía agrio pero fue exitante para ambos, eso solo era la entrada, pues ningúno estaba satisfecho con sólo eso.

Luego de besarse por largos minutos el omega se acomodó a cuatro, mostrando bien alto su trasero, el cual era tan tentador que el alfa no evitó darle un par de nalgadas, apretujarlas con sus manos y luego darle una mordida juguetona en una de sus nalgas.

Los gadeos no se hicieron esperar, agradecían que esa habitación fuera a prueba de ruidos y que nadie escucharía nada.

Pues Kaihleen empezó metiendo su lengua a ese rosadito trasero que clamaba por atención, introduciendo su lengua lo más posible, pero esa era una tortura para ambos.

Fue Darién quien exijia más, y su alfa acto la orden y empezó a introducir un par de dedos, jugar con la cordura era peligroso pues él también estaba ancioso, pero adoraba esos gemidos saliendo de su omega.

Fue otra vez el menor quien exigió ancioso el ser llenado y claro que era obvio que nadie se resistiría a tan exitante gritos.

El mayor cambio de posición dejando al omega sobre la cama con las piernas bien abiertas, el chico bajo su cuerpo estaba ruborizado hasta las orejas, pero en su mirada tenía el deseo latente.

Tubo tiempo de colocarse un condon antes de continuar, pues cargaba con tres desde aquel encuentro pasado, donde solo llegaron a darse caricias mutuas.

Lentamente posicionó su miembro en esa húmeda entrada y aun más lento comenzó a penetrarlo, fue doloroso y soltó algunas lágrimas al tiempo que daba rañazos a su espalda, pero aún así el alfa no se detubo.

Una vez estubo totalmente adentro de esa cueva húmeda y palpitante se quedó quieto, besando las lágrimas del menor diciéndole entre besos cuanto lo amaba.

Un sentimiento  de mutuo amor, que solo sentían uno a lado de otro, que solo los complementaba si estaban juntos.

Luego de largos minutos empezaron las estocadas lentas y profundas y aunque el dolor seguía ya no era tan fuerte y era soportable.

Kaihleen se controló tanto como pudo y solo penetro aquel hermoso cuerpo con estocadas lentas, besando esos lindos labios.

Aunque lo que realmente quería era destrozar ese culo tan perfecto, hacerlo bien duro y que en todo el edificio se aprendieran su nombre por los gritos de plaser que entre gemidos gritaría su omega.

Tenía ganas de marcar su cuerpo con mordidas salvajes, quería hacerlo gritar y también llorar de plaser, ansiaba sentir que su espalda ardiera por tremendos arañazos que tendía en ese juego violento de choques de cuerpos.

También quería anudar dentro sin ninguna protección, llenarlo hasta el fondo donde su cordura fuera puesta en duda y solo gritara mientras mordía su nuca creando al fin un lazo entre ellos.

Pero su conciencia era grande y no le permitió a su lado salvaje hecer eso, no, su primera vez tenía que ser más que solo sexo desenfrenado.

Entre besos y caricias, toques y miradas, estocadas lentas y certeras, fue que alcanzaron la gloria al mismo tiempo, gritando el nombre de su amado.

Kaihleen, retiro su miembro, quitó el condon y lo tiró en algún lugar, no le importó donde, solo se acostó a lado de su novio y lo beso, antes de quedar dormidos.

Intentaron despertar lo más temprano e ir a sus casas, con el descontrol de la boda nadie noto la ausencia de ese para y sus aromas combinados eran algo ya de todos los días, pues aún antes de estar juntos sus aromas se mezclaban en perfecta armonía.

Con la emoción de boda Darién olvidó mencionarle a su novio que ya tenía trabajo, como fotógrafo para la seción de publicidad, dentro de su empresa, ya tendía que hablar con él para que no fuera a interferir entre su trabajo.

Aunque no estría tan mal tener un par de aventuras con su jefe en la oficina...

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Aquí su Lemmon....

Trate de esforzarme mucho en esto, les gustó o fue muy leve...

Aclararé que lo escribi durante una fiesta infantil, debería ser eso la señal de que estoy muy mal o simplemente quería complacerlas y darles el lemon de este par antes de dejar la historia?

Como sea, pasen a mi perfil y revisen mis nuevas obras.

AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora