primera cita, primera vez

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Subió a su rostro y lo beso, lo beso y lo beso aún más.

Mientras Ryo encajaba sus manos entre su cabello, deseando fundirse aún más.

CJ predial cada vez más la cordura ante la imagen del omega y su mirada llena de deseo, continuaron los besos hasta que unas traviesas manos bajaban intentando quitar el molesto cinto que no lograba ni abrir.

CJ predial cada vez más la cordura ante la imagen del omega y su mirada llena de deseo, continuaron los besos hasta que unas traviesas manos bajaban intentando quitar el molesto cinto que no lograba ni abrir

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Fue cuando el alfa se levantó e intento detener todo, lo último que quería era ser un aprovechado pedófilo, pues aún era menor y hacerlo era ilegal.

Pero Ryo ya no quería parar, no ahora que se deleitó de sus caricias y sus besos, anciaba sentirlo más, quería probar más de ese sentimiento, de esa locura llamada amor.

Aferrándose a su cuello besandolo y ablando le al oído para insitarlo a quitarse la ropa.

Por más que CJ trato de mantener la cordura le fue muy difícil y simplemente dejo que su omega tomara la iniciativa y de dejo desnudar en sus manos ayudándolo a quitarse el estornudo cinto el cual luego de varios intentos seguía en su lugar la pasiensia del menor estaba cada vez más agotada.

Entre susurros y promesas de amor siguieron sus besos y las caricias intentando grabar el cuerpo del contrario en sus mentes.

Como iba el alfa a negarse a algo que le pudiera su omega y dejando la racionalidad a un lado comenzó a dilatarlo con un dedo notando lo mojado que comenzaba a ponerse su pareja ante tanto estímulo, pronto entraron dos dedos en su interior sin ningún problema simulando embestidas rápidas las cuales solo sacaban ese lado gritón del omega, quien pedía por más.

Cuando el tercer dedo entraba sin problema fue que desidio seguir con lo más importante, sacando sus dedos, se acomodó entre sus piernas, ayudado de su mano guió su miembro a esa entrada que se contraía de gusto, los nervios los envolvieron de repente y ninguno se movió por algunos minutos.

Hasta que Ryo tomó su cabeza entre sus mano y lo acerco para darle un beso, apenas un rose para darle permiso con una sonrisa.

Fue doloroso pues CJ empezó a penetrarlo lentamente, casi fue una tortura para ambos, algunas lágrimas se le escaparon al menor que fueron limpiada con besos y promesas de eterno amor.

Después de mucho tiempo compartiendo mimos, comenzaron a desesperarse siendo el mayor quien empezó a dar estocadas lentas y suaves mientras el omega arañaba su espalda.

Los suspiros se transformaron en gemidos llenando la habitación de sonidos de plaser.

CJ fue muy tierno, estocadas lentas y profundas sacándole hasta el aire, dándole besos en todo su cuerpo pero sin dejar marca alguna.

Tomó su pierna y la subió sobre su hombro y las penetraciones fueron más intensas, al igual que los gemidos de su pareja.

Luego lo puso de cara contra la cama y se deleitó besando su espalda mientras seguía embistiendo lentamente a Ryo.

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