Bajé lo más rápido que pude de las butacas y corrí hasta la salida del instituto. Al llegar a mi casa abrí la puerta con las llaves, aventé la mochila hacia el sillón y corrí a mi cuarto. Me acosté en la cama boca arriba mi cabeza estaba confundida pensaba demasiadas cosas, como por ejemplo: ¿Cómo demonios pudo parecerme lindo Hoffman? Dios, que ridículo. Me la pasé pensando eso por más de 2 horas, hasta que alguien tocó la puerta de mi cuarto. Era Albert, traía cargando una caja de pizza; Cuando entré a la casa no me había percatado que Albert no estaba. Me dijo:
-¿Por qué no estás escuchando esa música tan ruidosa como siempre?-
-No tengo ganas.- Respondí secamente
-Vale, vale. Vamos a comer esta enorme pizza, ¿Podrías creer que no sabía en donde había una pizzería cerca? Se ve que todavía no me acostumbro a este estado.- Se recargó en el marco de la puerta.
-¿Será por qué llevas muy poco tiempo aquí? Hay una pizzería a dos cuadras, me sorprende que no te hayas percatado de eso. No tengo ganas de comer.- Tomé una almohada y la apreté contra mi pecho.
-Oye, no recorrí casi 10 km por esta estúpida pizza para que me salgas con que no quieres comer.- Al mismo tiempo tomó un cojín del pequeño sillón ubicado a un metro de la puerta y lo aventó hacia mi espalda.
-Hey, ¡No es mi culpa que no vieras la pizzería que estaba a solo dos cuadras!.- Me senté en la cama.
-¡No es mi culpa que hayas tenido un mal día y estés amargado!, así que levanta esas grandes asentaderas de la cama y vamos a comer un trozo de pizza allá abajo. No me hagas aventarte otro cojín porque esta vez te daré en la cara.- Dijo tomando con el otro brazo un cojín del mismo sillón, como si estuviera preparándose para aventármelo.
-Ya, ya. Está bien bajaré por un trozo de pizza para que dejes de molestar.- Lo dije en un tono bromista.
Me paré de la cama y caminé hacia la puerta, bajamos las escaleras hasta llegar al comedor y a la sala. Albert sabía exactamente que tenía que hacer para conseguir lo que quería, sabía manipularme pero de una buena forma. Comimos la pizza (Y claro, le dimos a Shiva un trozo para no dejarla con las ganas) y nos pusimos a ver una película, después de la película me puse a hacer la poca tarea que nos dejaban que era hacer un par de páginas del libro de "Probabilidad y estadística" que sus temas eran súper fáciles. Regresé con Albert a la sala y se le ocurrió poner un partido de fútbol americano, Atlanta Falcons vs Nebraska Cornhuskers. Recordé a Hoffman y el partido del día de hoy, rápidamente pensé Dios, lo que me faltaba. Mi cara se puso pálida, y sentía que no parpadeaba. Albert me preguntó:
-Joel ¿Te sucede algo?- Dijo viéndome a la cara, tratando de descifrar que me sucedía.
-No, no. Estoy bien.- Se me hizo un nudo en la garganta.
-Ahh, claro. Estás preocupado de que esta vez no ganará tu equipo de Nebraska, Tranquilo, Atlanta será compasivo con ellos.-
-Si, si, claro. Es eso.-
Solo podía pensar en Hoffman y el partido, no sé qué diablos le sucedía a mi mente que no me dejaba pensar en otra cosa. Estúpido cerebro, estúpido día, estúpido Hoffman.
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Regálame un beso
Teen FictionEste libro fue dedicado a una persona que significó mucho para mi y también a la comunidad LGBT. "No importa a quién ames, si es amor lo que abunda en tu corazón." Sinopsis: Joel y Hoffman son personas completamente diferentes. Pensaban que eran het...