Capítulo XIX

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Al día siguiente fui al instituto como de costumbre, pasaron casi todas las clases y ya era la última así que no le dí importancia; decidí saltármela, el clima afuera del edificio estaba frío, ya que eran finales de octubre.

Se me ocurrió ir al pequeño jardín del instituto, pero esta vez me senté en el pasto y me recargué en el tronco de un árbol enorme.

Pasé ahí no más de 5 minutos cuando escuché las hojas secas del piso romperse poco a poco bajo el peso de alguna persona, solo le rogaba al cielo que no viniera en mi dirección ya que quería estar solo sin que nadie molestara o hiciera ruido. Simplemente pensé que era cualquier alumno, pero me equivoqué... y en realidad era... Haziel.

Al momento que mis ojos vieron hacia arriba vi la espectacular figura de Hoffman, no supe que hacer. Traté levantarme y salir corriendo, pero mis estúpidas piernas no reaccionaron como debía e hicieron que me cayera de un sentón. Sentí muchísima vergüenza, seguido de eso... Hoffman se sentó al lado de mí. Y me dijo...

Regálame un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora