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Cuando estoy frente a la puerta de la casa de Shisui llevó mi mano hasta el timbre en la pared y lo presionó. Mi mirada se dirige a mis pies mientras espero, mi mejor amigo vivía a una cuadra de mi casa así que no había tardado mucho en llegar.
Escuchó como la puerta se abre poco a poco y deja ver a mi amigo con una enorme sonrisa.
—Haruka. -sus brazos me rodean apretandome a su cuerpo con fuerza- Ven, vamos a mi habitación.
No digo nada, simplemente asiento con una sonrisa. Por lo que veo su padre no está en casa, cosa que realmente no me sorprende pues imagino que ser policía necesita mucho tiempo.
Cuando llegamos a la habitación de Shisui este me sonríe.
—Acuestate.
Su voz es seductora y una carcajada se escapa de ni boca. Ambos solíamos bromear con imaginar tener una relación, incluso le habíamos hecho una broma a nuestros padres sobre que éramos una pareja y que esperábamos un hijo el día de los inocentes. Fue muy gracioso ver sus rostros, aunque después de eso nos castigaron durante dos semanas completas.
—Shisui. -mi mejor amigo despega la mirada de su computadora- ¿De qué hablaba Sasuke?
—No es nada importante Haruka, no tienes de que preocuparte. -dice con una sonrisa- Sabes que Sasuke sólo quiere molestarte.
Frunsco los labios y dirijo mi mirada hacia el techo. Se que Shisui me esconde algo y no quiere decirmelo, quizás se trate de Shu o algún problema familiar pero sea lo que sea no quiero precionarlo.
Pasan aproximadamente treinta minutos desde que estoy acostada y Shisui no deja de teclear en su computadora, de hecho nisiquiera me ha dicho que es lo que tanto hace.
—Tengo hambre Uchiha, podrías traerme un chocolate por favor.
—Estoy ocupado. -señala su computador- Ve a la cocina y toma lo que quieras, no tengo que repetirlo de nuevo está también es tu casa.
Bufo. Me pongo de pie para dirigirme hasta la cocina, no había comido nada en casa solamente los dos dangos que Dedidara me había dado. Abro el refrigerador; sacó la mantequilla, el jamón y el queso al igual que el pan que se encontraba sobre está.
Preparo cuatro sándwiches, dos para Shisui y dos para mi, los colocó en un mismo plató y guardo todo nuevamente para sacar el jugo de naranja.
En mi camino de vuelta a la habitación de Shisui no puedo evitar sonreír al ver algunas fotos de el cuando era niño colgadas en la pared, eso me pareció extraño ya que antes solían estar vacías. Quizás Shisui quería un nuevo cambió en su casa, tenía mucho en no venir porque el siempre solía ir a mi casa.
—Aquí tienes, te preparé dos sándwiches.
—Gracias Haru, no te hubieras molestado. -sonríe
Observó como Shisui comienza a comer con una sonrisa en su rostro, me preguntaba si se estaba alimentando bien. Lo conocía, no le gustaba comer sólo y como su padre pasaba en el trabajo todo el día dudaba que se alimentará como era debido. Le sirvo un poco del jugo de Naranja en un vaso que está a su lado y lo bebe rápidamente.
—Tranquilo Shisui, la comida no se irá corriendo. -bromeó.
El no dice nada solamente sigue comiendo. Doy un mordisco a mi sándwich y lo saboreo, también tenía hambre pero no tanta como mi amigo.
—Tenía mucha hambre. -habla con la boca llena- ¿Quieres hacer algo después el comer?
Entre cierro mis ojos tratando de pensar en algo pero no se me ocurre nada y si lo dejó en manos de Shisui quizás termine montada en algún juego peligroso y sinceramente no quiero eso.
—¿Vemos una película? No tengo muchas ganas de salir.
Seguido se encoge de hombros y me sonríe. Cierra su computadora, apaga la luz de la habitación y se acerca hasta la cama para acostarse a mi lado.
—Oh adorado Netflix, que haríamos sin ti.
Suelto una carcajada ante las palabras de mi mejor amigo. Shisui toma el control y comienza a buscar una película de romance, ambos somos unos patéticos lo sé.
Cuando la película comienza a cargarse, pasa su brazo por detrás de mi cuello de manera en la que me abraza. Adoraba estar de está manera con Shisui, me hacia sentir feliz y protegida siempre había sido así solamente quisiera que el fuera Shu.
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