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Haruka:
Me encontraba con Shisui en la biblioteca, le había pedido que me acompañara para buscarle un libro a Deidara y de paso buscar algún libro interesante que leer; me encantaba venir a la biblioteca de vez en cuando y poder buscar entre los grandes estantes algún libro que llamará mi atención.
La biblioteca era uno de los lugares más tranquilos de Konoha, no muchas personas se acercaban aquí si no era para algún trabajo de la academia pero como estamos en vacaciones es normal que este vacía, así que el vacío era tanto que lo único que podíamos escuchar eran nuestros propios pasos y los murmullos de algunas personas que se encontraban aquí.
La sonrisa de Shisui era tan tierna que me hizo sonreír a mi también.
—Te vez muy lindo cuando sonríes de esa manera.
Shisui desvío la mirada y sus mejillas se pusieron rojas.
Estuvimos dando algunas vueltas por el lugar buscando el libro de Deidara hasta que el azabache hablo.
—Aquí está el libro que nos pidió Deidara. -murmuró señalando el libro.
Dimos unos pasos hasta el estante donde se encontraba el libro y Shisui lo abrió.
—Que interesante, mira esta página. -dijo acercándose a mi.
—Wow está ilustración es demasiado hermosa... ¿Realmente las esculturas se ven así de geniales y bellas?
—Tu eres más bella que esas esculturas.
—¿Eh?
—Lo que quiero decir Haru es que... eres la chica más hermosa que he visto en mi vida. -dijo cerrando el libro y mirándome a los ojos, se había acercado demasiado a mi; pude notar como se había sonrojado nuevamente- Eres mi mejor amiga, lo se y no importa si después de esto nuestra relación no vuelva a ser la misma pero no me importa cuanto cambie yo o cuanto cambies tu... Mis sentimientos hacia ti nunca cambiarán, me gustas Haruka Yamanaka y no tengo miedo de decírtelo.
Shisui tocó mis mejillas con sus manos, su mirada era tan sincera que no pude resistirme y sentí mi corazón latir demasiado rápido mientras mis ojos se ponían húmedos.
—Te quiero y quiero que me digas que tú también me quieres de la misma forma en que yo lo hago.
—Shi... Shisui.
Mi voz salió como un pequeño susurro. No estaba preparada para esta confección. ¿Cómo podía Shisui decir eso? ¿Desde cuándo se sentía así?
No tenía palabras, no sabía que decirle ¿Qué es este sentimiento en mi pecho, que es este cosquilleo y este vacío que siento? Extiendo mi mano hasta la mejilla de Shisui y el puso su mano en mi cintura atrayendome hacia su cuerpo, sus ojos brillaban cada vez que acercaba su rostro con el mío.
