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Capítulo 10

(PdV de Jasmine)

—¡No lo hiciste! —le exclamé a Rachel mientras que ella se encogía de hombros inocentemente, sonriendo divertida.

—Oh, pero lo hice —se rió, yo la imité rápidamente.

—Oh, por Dios, debes ser muy valiente para hacer eso- yo no podría hacerlo nunca —me reí, causando que Rachel sonriera presumidamente y, de nuevo, se encogiera de hombros.

—¿Qué puedo decir? Sólo soy... perfecta —sonrió divertida. Yo rodé los ojos juguetonamente. Rachel me acababa de contar la historia más extraña sobre lo que hizo en el último año de la preparatoria; una broma al niño que le gustaba. Le dejó una bolsa de popó en la entrada de su casa, que encendió con fuego y vio cómo la pisaba asqueado.

Oh, y cuando le pregunté por qué escogió hacer eso, ella simplemente me dijo que eso ayudaría a llamar su atención. No estoy segura cómo ayudaría- ¿pero quién soy yo para juzgar?, yo nunca he sido besada o tenido novio.

—Bueno, ¿y qué resultó de eso al final? —le pregunté, intrigada.

—Uh, nah, resulta que el es gay —ella dijo sin rodeos. Alcé mis cejas sorprendida.

—Mierda, eso apesta —balbuceé. Rachel se encogió de hombros.

—No tanto, porque como una semana después un nuevo chico guapo entró a nuestra escuela —se lamió los labios, y creo que se está imaginando al 'nuevo chico guapo'.

—De todos modos, suficiente sobre mí- ¿qué hay de ti? —me preguntó, cambiando de tema.

—Um, ¿qué hay de mí? —retrasé responder a su pregunta, no gustándome hacia dónde se dirigía la conversación. Rachel suspiró, rodando los ojos.

—Ya sabes, ¿tu vida amorosa?, ¿algún novio?, ¿alguien que te guste? —me dijo en un tono 'dah'. Tragué saliva, mordiéndome mi labio inferior.

—Nop —susurré, mis ojos viajando de Rachel a la tela blanca doblada que tenía en las manos.

—¿No?

—Nah —me encogí de hombros, poniendo la tela en una canasta.

—Bueno, ¿por qué no? —preguntó divertida, sentándose en la mesa que ahora se encontraba vacía, haciendo que suspirara interiormente con alivio, pues ya había acabado de doblar estas estúpidas sábanas.

—Simplemente nadie me ha interesado. Además de que mi mamá es muy estricta —expliqué, apoyándome en la pared.

—¿Qué?¿Estás bromeando, verdad? —preguntó, en shock, pero yo simplemente negué con la cabeza.

—¿Eres lesbiana o algo? —se rió divertida, ganándose que la viera mal.

—¡No! —me defendí, causando que ella levantara sus manos, rindiéndose.

—Okay, relájate, sólo estaba bromeando- ya en serio, ¿no te ha atraído ningún chico?

—Sí, no, nadie cumple con mis expectativas —suspiré. Rachel alzó su ceja izquierda inquisitivamente, antes de que se formara una sonrisa maliciosa en sus labios.

—Bueno... ¿entonces cuáles son tus expectativas? —se inclinó hacia delante, esperando a que le dijera.

—Um...bueno...tiene que tener una personalidad genial, que se pueda hablar fácilmente con él, que ayude, que sea cariñoso, divertido- pero maduro —balbuceé, sin darme cuenta de los que estaba escapando de mis labios.

—Hmm, ¿y características físicas?

—No me importan tanto, siendo honesta, pero sería bueno que tuviera músculos, uh, tal vez que tenga pelo rubio aunque castaño también está bien- pero que se peine. Uh, bonitos labios- una sonrisa contagiosa —concluí, una imagen borrosa apareciendo en mi mente.