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Capítulo 18

PdV de Jasmine

Las mismas dos personas. Tenía miedo ver a una, y a la otra estaba soñando verla. Ruby y Justin estaban sentados frente al escritorio, y ambos pusieron sus ojos en mí. Sentí la no bienvenida sensación de los celos acumulándose en mi garganta- casi como una burbuja.

¿Qué estaban haciendo aquí? ... ¿Y juntos?

Mis ojos se enfocaron en Justin. Parecía sorprendido de verme. Sus ojos viendo descaradamente mi figura, casi como si estuviera guardando mi imagen en su cabeza. Cuando nuestros ojos conectaron, los suyos reflejaban una emoción- preocupación.

Mi ceño se frunció. Antes de que pudiera hacer o decir nada, la misma voz habló, interrumpiendo mis pensamientos y haciendo que de repente mi miedo creciera. Mis ojos viajaron para posarse en la señora Golly, quien también me estaba viendo.

­—Jasmine Alex Grande. —dijo mi nombre completo, casi de manera burlona. Tragué saliva, con mi vista hacia mis pies, avergonzada.

—No entiendo. —pausó

—¡¿Por qué tomaste el maldito martillo?! —gritó. Me estremecí por el fuerte volumen de su voz, mis ojos enfocados en el suelo. No sabía que decir. No tomé su precioso martillo.

—¿Sabes qué? Ni siquiera me importa, sólo espero que hayas aprendido la lección. La próxima vez que hagas algo como esto, será un castigo peor. —dijo con una sonrisilla burlona. Asentí, subiendo atrevidamente la vista.

—Bien, ahora llévala a su celda. Estoy segura que necesita ser limpiada. —me sonrió falsamente. Solté un suspiro de alivio cuando salimos de ahí y el guardia empezó a arrastrarme hacia mi celda.

Un lugar que extrañamente añoraba.

Durante la caminata, la vista de todas se posó en mí mientras pasada- algunas viéndome mal, otras sorprendidas y otras simplemente fijando su vista en mí. Pasé el gran pasillo de celdas, todas estaban usando su pijama blanco, lo que me indicó que era de noche. No podía estar más feliz de dormir en esa cama chirriante. Mi espalda me duele mucho por dormir en el suelo frío.

I swallowed a lump of saliva.

Finalmente, llegamos a mi celda.

—Limpia este desastre. —escupió antes de irse. Suspiré y entré completamente. Empecé levantando mi colchón y acomodándolo de nuevo en la cama, después arreglé mis sábanas. Me encontré con la carta que le había escrito a Sarah. La recogí con una media sonrisa en mi rostro y la puse en la funda de mi almohada. Solté un suspiro de alivio cuando terminé de ordenar mi celda.

—Jasmine.

Me congelé al oír su voz diciendo mi nombre, que sonaba ronca como de costumbre, siempre haciéndome sentir rara. Extrañé su voz, su rostro y su presencia en general.

Lentamente me di la vuelta para ver a Justin ahí parado, sus ojos fijos en mí, transmitiendo varias emociones. Le sonreí débilmente, sin embargó, él no regresó la sonrisa. Caminó lentamente hacia mí, acercándose. Me congelé donde me encontraba.

Eventualmente se encontraba a dos centímetros de mí, mi ritmo cardiaco se aceleró, y también lo hizo mi respiración. Sus ojos conectaron con los míos mientras su suave y largo pulgar trazó mi mejilla. Me le quedé viendo, y una pequeña sonrisa se formó en mis labios.

—¿Cómo te sientes? —preguntó, sentí su suave aliento tocar mi cara. Jadeé a causa de la proximidad.

—N-no muy bien. —contesté sinceramente, frunciendo el ceño. Me sorprendí cuando su pulgar tocó mis labios, que estaban apretados, y vi cómo lamió los suyos, sus ojos conectados con los míos.