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Capítulo 11

(PdV del Narrador)

Al día siguiente, Jasmine se encontró escabulléndose en la bodega. Se había convertido en una cosa de todos los días para ella. Como de costumbre, Justin estaba recargado en la pared, con la linterna en una mano, y una sonrisa divertida en sus labios.

—Hola —Jasmine susurró, cerrando silenciosamente la puerta detrás de ella y encarando a Justin.

—Hey —, la saludó, su tono ronco como de costumbre, eso siempre la afectaba de alguna manera. Era extraño, una sensación inusual siempre crecía en la boca de su estómago.

¿Podrá ser que posiblemente ella lo encontraba... sexy?

Ella se lo preguntó, pero frunció el ceño por ese pensamiento.

Justin era un guardia, ella era una prisionera, ella estaba bastante segura que era ilegal siquiera tener esos pensamientos.

—¿Estás bien? —preguntó Justin, notando que sus labios estaban tensos. Jasmine se deshizo de sus pensamientos y le mandó una pequeña sonrisa a Justin.

—Estoy bien —lo tranquilizó y tomó asiento lentamente en el suelo, recargando su espalda en la pared como soporte. Sin embargo Justin no estaba convencido. Aunque encontraba divertido que no dejaba de acomodarse su overol naranja, como si estuviera hecho con hebras de hilo fino.

—Hmm, ¿ya comiste? —preguntó divertido, cruzando los brazos a la altura del pecho. Jasmine alzó la vista, la voz de él haciendo eco en sus oídos.

—Mhm, ¿y tú?

—Sí-bueno, no tengo hambre —se aclaró la garganta. Jasmine asintió, antes de dejar salir un suspiro de sus labios. Su conversación era francamente aburrida y ella pudo darse cuenta que Justin no estaba interesado en la dirección que había tomado.

Ahí fue cuando una idea cruzó por su mente. Ella no lo conocía tan bien y tal vez si él le decía algunas cosas sobre él, ellos podrían convertirse en... tal vez... amigos.

—Dime sobre ti, Justin —ella dijo, sintiendo la inusual necesidad de decir su nombre. Por una extraña razón, hizo que su corazón revoloteara. Justin alzó sus cejas divertido, mientras que lentamente se paró, alejándose un poco de la pared, dando unos pasos hacia Jasmine, quien lo estaba viendo, esperando pacientemente por una respuesta.

—De acuerdo, ¿qué quieres saber? —le preguntó, sus brazos todavía cruzados a la altura de sus pecho, parado con una actitud firme.

—Dime lo que sea. Cualquier cosa —le contestó, una sonrisa juguetona se formó en sus labios. Justin apretó los labios, antes de asentir lentamente.

—Me llamo Justin Drew Bieber. Tengo veinticuatro años, tengo un hermano pequeño de ocho años, mis padres están divorciados. Mi comida favorita es el spaghetti y soy de Toronto, Canadá —le dijo, viendo la expresión sorprendida que adornaba su rostro.

—Wow, ¿sin esposa o novia? —se encontró preguntando, sin ser capaz de creer que un hombre tan apuesto como él fuera soltero. El negó con la cabeza, sonriendo un poco.

—Sí, ¿qué hay de ti, Jasmine?

—Uh, yo, bueno, mi nombre completo es Jasmine Alex Grande. Tengo dieciocho años, soy hija única, mi mamá es madre soltera, y mi padre, bueno... él está muerto —pausó. —Mi comida favorita es la pizza y soy de Nueva York.

—¿Sin novio? —la fastidió juguetonamente.

—No—, se rió ligeramente, consciente del rubor de sus mejillas. Justin asintió, metiendo sus manos de nuevo en sus bolsillos, sus ojos viajando por la figura de Jasmine. Él se lamió los labios, no podía controlarlo- tenía pensamientos lujuriosos sobre Jasmine y sin importar cuan duro tratara de decirse otra cosa, él simplemente se estaría mintiendo.