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🎨 «Una pieza única» 🎨

— Entonces, ¿vas en serio con lo de ir a ese lugar? —

La voz de Minseok, quien solía hablarles igual que una madre cuando algo le preocupaba, hizo al castaño reaccionar. No podía culparlo, después de todo, Luhan también detestaba la idea de terminar atrapado en territorio enemigo, aunque no era como si tuviera alguna otra opción. Había estado dándole vueltas al asunto, hasta la última clase con Yunho, en la que el profesor se encargó de poner las cartas sobre la mesa.

Exponiendo los detalles del proyecto final, a petición de algunos alumnos, Jung había dejado claro que esperaba recibir trabajos dignos de los artistas a nada de graduarse que se encontraban en su salón, resaltando la creatividad y originalidad, pero sobre todo, la complicidad entre los creadores. Al final, Yunho había dicho que el trabajo equivaldría al 80% de su calificación, un porcentaje demasiado alto como para pensar en aprobar sin cumplir con el proyecto.

De esa forma, Luhan había resuelto que no podría mantener la beca sin tener que involucrarse con su molesto compañero, lo que se resumía a dar el brazo a torcer y comenzar a reunirse, esperando que su mal temperamento obligara a Sehun a apresurar el trabajo y así deshacerse de su amargada presencia tan pronto como fuera posible. «Cuanto antes mejor, él volverá a su vida sin responsabilidades y yo mantendré mi media» pensaba.

— ¿Viste a Sehun salir del salón? — repuso, entonces, sus ojos marrones brillando con cierto deje de irritabilidad, difícil de ignorar.

Minseok hizo memoria, pero por más que intentó, no fue capaz de ubicar a Oh entre los estudiantes que abarrotaron el pasillo cuando fue a buscar a sus amigos. Recorriendo la cafetería con la vista, no tardó en advertir a Baekhyun y Chanyeol haciendo fila frente al mostrador de almuerzos y un poco más allá, ocupando una mesa al centro del lugar, a Jongin y Yi Fan, quienes parecían muy entretenidos en el teléfono del primero.

— No vino a la escuela o quizás llegué más tarde, como es su costumbre. Ha sido así toda la semana, así que no puedo confiar en que aparecerá por aquí cuando le pida que lo haga. No quiero pasar el trimestre persiguiendo a un holgazán — continuó Luhan, su voz adquiriendo un matiz de absoluto cansancio.

— Vale, entiendo eso, pero si realmente irás a meterte a su apartamento, no olvides tener el teléfono a la mano — Minseok dijo — Si el hormonal intenta algo, corre al baño, escóndete y llámame. Si no contesto, busca a Baekhyun y si él tampoco responde...

— ¿Intento con Yeol? — sonrió Lu, divertido. Su amigo negó.

— Cuando uno no responde, es porque están juntos. Entonces, si eso falla, marca al 112 y espera a que llegue la policía, ¿entiendes?

— Vamos, hyung, Sehun será muchas cosas, pero no creo que haya necesidad de llamar a la policía. En todo caso, será él quien los llame cuando intente matarlo por sacarme de quicio — razonó el chino, intentando aligerar las preocupaciones del mayor.

Ninguno dijo nada más y es que, justo entonces, Baekhyun y Chanyeol aparecieron, el primero refunfuñando porque la chica que estaba frente a él en la fila, se había llevado el último trozo de pastel de chocolate. Al final, tampoco había mucho que agregar, pues Luhan no creía que visitar a su compañero fuese a terminar en nada más que una terrible jaqueca, lo que lo hacía dudar sobre todas esas veces en que alguien le hubiera felicitado por ser tan «paciente».

El resto del día, pasó sin pena ni gloria, así que antes de darse cuenta, el de apariencia como ciervo estaba sirviendo mesas en el restaurante de fideos «Magic», donde hacía medio tiempo en la semana, para ayudarse con los gastos de habitación y no abusar del depósito mensual que sus padres le enviaban. Fue una jornada agotadora, pero a las ocho en punto, Luhan cortaba turno y se dirigía a Sinsa-dong.

De trabajos, jaquecas y playboys || HunHan ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora