Luego de la discusión con el rubio y de su huida repentina disfrazada de molestia, el filántropo llegó a tropezones hasta su habitación. Se encaminó hasta una de las paredes y afirmando su mano sobre una pequeña pantalla entró al santuario privado, su taller.
Tras varios minutos se mantuvo en silencio tras la puerta sosteniendo su pecho con ambas manos rogando a sus pulmones que tuvieran la fuerza suficiente como para no dejarle morir, sus dedos temblaban, su cabeza daba vueltas, su mirada estaba nublada, su cuerpo sucumbía en una familiar y desagradable mezcla de sudor, espasmos y bochornos. Se maldecía mil veces por no saber que hacer frente a su viejo amor, más ahora que se había propuesto dejarle atrás, pero por dios que le resultaba agobiante.
Malditas crisis, maldito Steve por reaparecer de la nada, maldito Howard por darle una vida que jamás pidió llevar, maldito el soldado por arrebatarle a su madre, a Banner por desaparecer sin explicaciones dejándolo a solas con todos sus demonios y sobretodo maldito él mismo por no ser tan fuerte como anhelaba.
-sus signos vitales se encuentran inestables, ¿desea que llame una ambulancia?.
-Friday, querida- jadeó el castaño mientras luchaba consigo mismo para venir de vuelta a la realidad-.
-¿desea que inicie contacto con la srita Potts, o con el joven Parker?.
-cre...creo que con el chico bastará.
Tras unas cuantas horas y como si nada hubiera ocurrido, el filántropo se encontraba sentado frente a un gran mesón repleto de herramientas, circuitos, prototipos, donas y planos.
-wooh, su cafetera si que es rápida, Sr Stark- el menor entró sonriente interrumpiendo la escasa armonía recuperada-.
-¿hum?- el hombre de hierro alzó la vista y arqueó una ceja mientras apuntaba a las tazas con una llave- ¿qué es exactamente lo que traes ahí?-.
-¿café?- el muchacho parecía confundido, sabía de ante mano que el aroma característico de la amarga bebida era sumamente fácil de reconocer para cualquier persona, sobretodo para alguien como Stark que prácticamente vivía a base de ella-.
-y son dos tazas.
-¿si?, Por qué somos dos personas...
-permíteme- Tony alcanzó ambas tazas y con rapidez devoró una, entregándosela de vuelta totalmente vacía- bien, ahora solo veo dos personas y un café, que por lo demás me pertenece-.
-¡¿qué, se suponía que compartiríamos?!.
-no, claro que no. Ve y consíguete tu propio elixir, niño.
-eso es jugar sucio, Sr Stark.
-los niños no deben beber café a estas horas del día, Pett. De echo a ninguna, para ser exactos.
-Friday me llamó a las 6am, no he dormido ni comido más que pizza y refrescos –observó su reloj de muñeca- ¡y ya casi es medio día!, oh por dios, May va a matarme, me dejará sin acceso a Internet por un mes, ¡no asistí a clases!.
-ya arreglé todo eso- le respondió el castaño con un aire de simpleza sin apartar la vista de los planos- tu adorada tía cree que estás en una especie de charla motivacional dirigida por mí para futuros genios como tú, lo mismo respecta a los de tu escuela.
-universidad.
-lo que sea. Friday cariño, recuérdame dar un nuevo apoyo financiero a la escuelita del muchacho.
-¿sabe que hubiera sido más fácil llegar y fingir que me quedé dormido para luego retomar las clases restantes?.
-¿eso crees?. ¿o es que caso tenías planes?. ¿Algo así como una cita?-le dedicó una sonrisa picara a lo que el otro solo contestó desviando la vista- así que existe una persona siguiéndote los pasos, he muchacho- el rostro sonrojado de Peter le hizo estallar de risa.
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Under the Moon
FanfictionTras cuatro años de lo ocurrido en civil war; El gran Tony Stark decide dar su brazo a torcer para ayudar a su viejo equipo en un intento descabellado por traer vuelta a tal selecto grupo de héroes y su tan ansiada libertad. Sin embargo, el gobiern...