3. Recuerdos

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James se encontraba tendido sobre la cama, rodando de un lado a otro mientras el sudor le bañaba de pies a cabeza, desesperado por encontrar una salida a las pesadillas que lo atacaban. El rostro desconcertado de Tony no le dejaba en paz, esos hermosos ojos claros le veían con una increíble mezcla de dolor, asombro y furia.

Usualmente olvidaba lo que ocurría a su alrededor cuando el soldado tomaba el mando en él, pero esto era distinto, había atacado al hijo de Howard en pleno uso de razón acompañado de su mejor amigo para luego dejarle tirado sin que lograra ponerse de pié, con el corazón a medio latir y el traje echo estragos. Sabía de buena manera que éstos no eran recuerdos fragmentados como los de costumbre, ni la muerte de los padres del filántropo fueron tan claros y poderosos como la mirada de aquél hombre. Era simple, no lograba borrarlo de su mente.

Buscó su reloj de pulsera para ver la hora; 04:50am, realmente odiaba que el insomnio se apoderada de el. Cansado se puso de pié, tomó sus viejos jeans y vagó por la torre en silencio para admirar el lugar que de noche parecía aún más extraño que a plena luz del día, era el intento de hogar más grande que podía haber admirado antes. Había escuchado a Steve decir que cada vengador tenía habitación propia en aquel lugar, salas de entrenamiento, laboratorios, comedores, una televisión exageradamente grande, todo lo que pudieran desear bajo el bolsillo de Stark.

Perdido en esos pensamientos se encontró en medio de pasillos oscuros bastante similares los unos a los otros, era un completo idiota por no encontrar salida en aquel laberinto de lujos y metal.

-debe ser una broma- murmuró molesto al verse acorralado, iba a volver tras sus pasos hasta que un aroma a menta fresca lo guió hasta la habitación al final del pasillo. Para su sorpresa bastó con girar el pomo para que ésta se abriera, no era demasiado distinta a las demás pero poseía una vista privilegiada de la ciudad-.

Todo daba a entender que el lugar debió de pertenecía a alguien pero la pequeña capa de polvillo sobre los muebles hacía referencia a que no había sido ocupada en unos cuantos meses, quizás años. No había fotografías, ropa o algún otro indicio del que debía de ser el dueño, se acercó a una de las pequeñas mesas de noche pero su intento desesperado por conseguir información lo llevó a tropezar contra la cama creando un gran estruendo.

Se puso de pié en segundos, tenía que poner todo en su lugar y salir rápido de ahí. Retrocedió con rapidez  de la cama, a los dos pasos sintió algo pegado a la suela de su zapato, parecía un sobre pequeño, le observó por ambos lados en busca de algún nombre u dirección pero al escuchar pisadas acercándose decidió esconderla dentro del bolsillo izquierdo de su pantalón.

-¡¿qué está ocurriendo?!- Rogers cruzó la entrada en pijamas con una pose a la defensiva para encontrarse con la imagen de un Barnes sorprendido, parecía un pequeño niño que es atrapado haciendo alguna travesura. De momento admiró el lugar en donde se encontraban y sintió un fuerte nudo en el estomago- ¿qué haces aquí Buck?- el soldado lo vio tensarse- ¿sabes quien soy, verdad?, ¿recuerdas como llegaste a éste lugar?-.

-jamás dejarás de hablarme como si tuviera el cerebro totalmente cagado, ¿verdad?-.

-lenguaje, Buck- suspiró el ex-capitán, se sentía tranquilo al saber que su mejor amigo aun era consciente pero su entorno le hacía mantenerse alerta- ¿qué haces aquí?-.

-yo...no podía dormir- soltó con total naturalidad mientras levantaba los hombros-.

-¿nuevamente las pesadillas?, creí que se habían calmado con el tratamiento que T'Challa te entregó-.

- también lo creí, pero jamás se van- Barnes le cortó con seguridad haciendo que el otro guardara silencio, sentía que lo había arruinado- éste lugar...¿le pertenece a alguien?- el rubio parecía visiblemente sorprendido-.

Under the MoonWhere stories live. Discover now