Caso de Dio y Jonathan
Dio: Jojo, ¡Tenías que ser imbécil! ¡¿Cómo es que llegamos aquí?!
Jonathan: No se, solo tomamos el vuelo equivocado...
Dio: Olvidalo, tengo hambre... ¡Apresura el paso!
Jonathan: Te recuerdo que estoy cargando todo el equipaje, ¡Ayúdame un poco!
Dio: Hmp, ese será tu castigo por guiarme al avión equivocado.
Tras una larga caminata, Dio y Jonathan encontraron un puesto de tacos.
Jonathan: ¡Huele muy bien!
Dio: Bien, compremos eso...
Taquero: ¿Que les voy a dar jefes?!
Jonathan: ¿Que está diciendo? ¡Dio, tú sabes hablar español!
Dio: Tch, inútil... Señor, denos de lo mejor que tenga.
Taquero: En seguida! ¿Con salsa de la que pica o de la que no pica?
Dio: La que mejor sepa. *No sabe que es salsa, se imaginó ¿Soya?*
Unos minutos después.
Los tacos ya están bien preparados, el olor era exquisito para ambos extranjeros, y Dio fue quien mordió el primer taco, al principio, todo va bien, pero ¿Porque empezaba a hacer calor? ¡Pica, bastante!Taquero: Ijoles jefe, y eso que es de la que no pica (?)
Jonathan: ¡¿Dio?! *Hablaba con la boca llena, Jonathan soporto la salsita de árbol seco mejor que Dio.*
Dio: ¡Esto no es nada para Dio bran-! Cofcofcof ¡Dame agua!
Taquero: tssss... Solo hay refrescos don, tomé una Pepsi light (?)
Lecciones de hoy:
Desde ese día, Dio supo que no debe confiar en los taqueros de México.
Que no hay mejor guía que Jonathan.
Cuando te dicen que no pica, pica del demonio.
Y que la Pepsi light no es tan light (?)