Las que pusieron seguidos el caso JotaKak se les dará un solo capitulo, ya que debe ser variado de personajes, no solo una pareja en este fic kk, pero pues como recomenza de hacerles esperar tanto, les voy a poner escenas que les hará fangielear según yo, en fin ¡Comencemos!
Caso: Jotaro y Kakyoin
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Kakyoin estaba bastante exhausto por su trabajo como mentor de pequeños niños en un Kinder, pero no tenía más opción, era eso o soportar burlas de Dio.
Era un día más en el cual Jotaro no estaba, y a veces la madre de Jolyne venía a encargarla conmigo, pese a que es la ex esposa de él, le trataba como una amistad más y eso es un milagro. Pero este día no estaba ni Jolyne, la comida ya estaba hecha, y pues... No habían clases para los pequeños, ya extraña a esos traviesos y sus constantes gritos.
Era momento de lavar los platos para matar el tiempo, y por supuesto. . . No extrañar esa fragancia varonil (Perfume de Avon oh sí oh sí) pasaba por dejar salir un largo y pesado suspiro.
— Chingada madre. . . Hoy tampoco llegará. — Y si, había terminado de ser corrompido por el país y su delicioso lenguaje de dioses
De la nada, manos un poco grandes rodearon su cintura, y acariciaba con delicadeza el estómago del pelirrojo, y por el lado de aquel, podría reconocer ese suave tacto, era nada más y nada menos que Jotaro. El acercaba su rostro a el cuello de Kakyoin, regalando pequeñitos besos; La piel del rojo estaba sensible y con extrañeza de esa muestra de afectos, sus labios se entreabrieron unos milímetros y sin darse cuenta soltó un gemido un tanto femenino
Antes de ceder a esos encantos, intentaba apartar al azabache mientras estaba igual de rojo su rostro como el de su cabellera — ¡Jotaro, calmate por favor! —
— Bueno, lamento llegar hasta este momento, tuve que rescatar a Avdol y Polnareff de unas mujeres horriblemente escandalosas, todo quedó aclarado — Soltó al pelirrojo yendo directamente a la cama.
Kakyoin nuevamente suspiraba está vez con levedad, enjuagó sus manos con agua de la llave y luego rápidamente para después ir hacia el pelinegro
Ahí se recostaba al lado de él, y por supuesto aprovechaban del momento para sujetar sus manos, como una pareja de recién casados (sin serlo oh sikisi) ambos se miraban a los ojos delineando una sonrisita enternecedora.
En ese momento, la puerta nuevamente se azotó con fuerza, pero no era nada más y nada menos que Jolyne con su inseparable peluche de delfín, está fue escoltada por Okuyasu y Koichi, conocidos de Jotaro.
— ¡Yo, Jotaro-san! Di-disculpe ¿Interrumpimos algo? La madre de Jolyne nos pidió traerla — Decía en más pequeño sintiendo pena
— ¿Mamá Kakyoin y Papá estaban por darme un hermanito? Tío Okuyasu dice que cuando mamá y papá se quieren mucho, ¡Nace un bebé del Bizcocho! — La inocente niña sonriente era mirada con nervios
Kakyoin estaba terriblemente sonrojado y Okuyasu no sabía ni dónde meter la cabeza
— ¡Bu-bueno! ¡OE KOICHI, YA LA TRAJIMOS, VAMONOS!
— ¡E-Espera! ¡¿Le dijiste eso a Jolyne?! ¡No te pases!
Aquellos jóvenes se retiraron en chinga loca, Jolyne ya tenía confianza en entrar y salir de esa casa (Y si, es una casa pequeña de aquellas que apenas entras y ya ves la cama la cocina y de más)
— Jo-Jolyne, eres muy pequeña para saber de eso. . .
— No lo es, verás. . . Los hombres no pueden tener hijos, porque no tienen panoch- — Su boca fue cubierta por las manos de Kakyoin
— ¡Silencio Jotaro, es una niña!
— ¡Nacen del bizcocho!
<------ To be continued-----