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Una semana después.

 Taehyung, debes ser muy sincero con el doctor, debes decirle todo lo que- 

Taehyung, cansado de que Jimin le repitiera lo mismo durante el viaje y la espera en la sala del hospital, mientras esperaban los resultados de los exámenes, le besó una vez más, pidiendo al cielo que el menor se callara de una vez por todas. 

Parecía más nervioso y ansioso que él mismo. 

 De-debes dejar de h-hacer eso... ¡No es justo! T-te aprovechas de- 

Otro beso, con el mayor sujetándole el rostro con ambas manos, queriendo fundirse con el chico en ese y miles de besos más. 

 Ya le pedí a Hoseok que me trajera la identificación, ¿puedes calmarte, bebé? 

Jimin asintió, sonriendo sin siquiera darse cuenta al bajar la mirada a sus manos enlazadas sobre el regazo de Taehyung, el mismo que lo miraba con una atención absorbente. 

 ¿En qué piensas, cariño? 

 ¿Qué somos, hyung? 

Kim se atoró un poco con su propia saliva, mientras miraba al chico con un sonrojo algo tierno en sus mejillas. 

 ¿Cómo que qué somos, Minnie? ¿Acaso andas besando a muchos chicos, ah? 

El sonrojo enseguida cubrió las mejillas de Park, tapando la boca de Kim con la mano mientras miraba a todos lados, realmente asustado de que alguna de las señoras o ancianos que estaban en la sala de espera, hubieran escuchado semejante barbaridad. 

 Claro que no... 

¿Entonces qué crees que somos? 

 Novios... ¡Pero no me lo haz pedido como corresponde! 

¿De verdad quieres que te lo pida en un hospital, Park Jimin? ¿Dónde dejaste todo tu romanticismo? ¿Se te agotó con todos tus novios anteriores? 

 ¡Yah! ¿Quieres callarte, maldito? —susurró paranoico, golpeando al mayor en el brazo con un atisbo de risa.

 Ya sabes cuál es el mejor método para callarnos. 

Y Jimin, algo avergonzado, acercó su rostro al ajeno, besando sus labios con una inocencia que sólo podía ser obra del chico, y que sólo causaba grandes estragos en Taehyung, el cual, con una sonrisa demasiado amplia, correspondió.  

Cuando se separaron, la sonrisa en ambos rostros era demasiado hermosa y auténtica como para intentar ocultarla, y el beso que el mayor dejó en la frente del menor apenas se separaron, sólo ayudó a ensancharla mucho más, Jimin demasiado feliz como para preguntarse cualquier otra cosa, apoyó su cabeza en el hombro del mayor, demasiado relajado como para separarse de él. 

Ya no tenía miedo, ni curiosidad ni nada.

Luego de hablar con Taehyung y que éste le dijera todo lo que pasaba y lo que pasó en Seúl, Jimin se prometió que desde ahora en adelante sólo iba a importarle el presente. 

El presente que estaba viviendo con su novio. 

Por eso, sólo se separó del mayor cuando este se paró, sin soltar la mano de Jimin, al ver al señor de bata blanca, que era el doctor Koo, acercarse a ellos, mirándoles con una serenidad que distaba del miedo que escapaba de sus ojos. 

 ¿Señor Kim?

Aquí, señor Koo. Eh, aún no llega la persona que trae mi identificación, así que- 

101 días [vm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora