101 días [vm]

18

Taehyung se quedó en silencio de un momento a otro. 

Jimin, extrañado, ladeó el rostro y posó su mano en el antebrazo ajeno, llamando su atención. 

  — ¿Bebé? ¿Pasa al—  

Park se queda con la palabra en la boca al, curioso, seguir la dirección que la mirada de Taehyung, como perdida, seguía. Él conocía a la figura de pie en la puerta, casi tan asombrada como su novio. 

Verla los domingos en la iglesia y una que otra vez en el almacen del pueblo fueron los escenarios en los que había visto a la mujer. Mujer que, difícilmente era olvidable o confundible con alguien más, ¿por qué? Porque era hermosa. De alta estatura y cuerpo estilizado, la mamá de Taehyung era, lejos, la mujer más bonita del pueblo, con un rostro amable pero imperturbable. Así era. 

La señora Kim.   

Kim la mira con un odio palpable. 

Y no puede ocultarlo (ni quiere, realmente) porque él en serio la odia. Plenamente. 

— ¿Qué hace ella aquí? — Yoongi es el único que se atreve a romper el incómodo silencio que reinaba en la mesa. 

Luego de un codazo por bajo de la mesa por su indiscreción, Hoseok posa su mano sobre la de Taehyung, quien seguía demasiado concentrado en el patrón de la servilleta que arrugaba en su mano. — sí quieres, podemos irnos a otro lado a comer... Y Yoongi paga. 

— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que yo pago?! 

— ¡Deja de ser un ceñudo egoísta! 

  — ¡Pero si no gano millones! 

— Min Yoongi.  

Una corta risita salió de los labios de Park. 

Suficiente para que Taehyung saliera del trance en el que se encontraba, pensando en un mundo perfecto e imaginario donde su mamá no existía. Tampoco es que deseara matarla, simplemente que no quería verla... Nunca más. 

El mayor posó la mirada en su tímido novio y le sonrió sinceramente. 

"Muy bien, Kim, lo estás haciendo bien." se decía a si mismo. 

  — ¿Quieres que nos vayamos? — Jimin susurró, como un secreto, la otra pareja inmersa en su discusión. 

— Por favor... 

No necesitó saber más. 

El menor llamó la atención de los otros y asintió a la puerta, enlazando su mano con la de su mayor para avanzar lo más rápido posible a la puerta. 

Por suerte, no habían alcanzado a pedir nada. 

Una vez en la puerta, Jimin pensó que podía respirar en paz, hasta que sintió que Taehyung no avanzaba, todavía detenido en la puerta. 

— Hyung, vam—  

Su miraba bajó rápidamente a la mano ajena que sujetaba la muñeca contraria de su chico con algo parecido a la desesperación. 

Taehyung no alzaba el rostro. 

Taehyung no forcejeaba. 

Porque Taehyung estaba llorando. 

Tan silenciosamente, que si Jimin no hubiera visto la forma en la que sus labios tiritaban, no se hubiera dado cuenta. 

  — Hijo... Necesito hablar contigo... 

La voz de la mujer se escuchó lejana, a pesar de estar sólo a un par de insignificantes metros de ambos. 

Jimin sabía que Taehyung no respondería por él mismo, no en ese estado, por lo que, reuniendo hasta la última pizca de valentía, respondió por él.