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Dos días después el gran día había llegado. 

Taehyung estaba en una sala de hospital asquerosamente blanca y hedionda a medicamentos, usando una de esas horribles batas que dejen mucho a la vista. 

Jimin estaba acostado a su lado en la camilla, abrazado a él mientras se tomaba una pequeña siesta de "son sólo 5 minutos, lo prometo." Y, aunque hubiera sido una siesta de horas, Taehyung no le hubiera despertado, porque ver a Jimin dormir era uno de sus hobbies favoritos. 

Hoseok y Yoongi estaban leyendo una revista de entretenimiento en el sofá, con el menor recostado sobre el mayor mientras se acariciaban mutuamente, Yoongi robándole besos de vez en cuando. 

¿Y Jungkook? 

Luego de la carta, Taehyung no supo más de Jungkook. 

Ni siquiera sabe si volvió a Bangtan y ni él ni Jimin han intentado averiguarlo: él se mostrará cuando lo crea necesario o se sienta preparado. 

Una media hora después, el silencio en la habitación se vio interrumpido por el ligero golpeteo en la puerta de una de las enfermeras.

 Ya es hora... susurró la enfemera apenas Taehyung le respondió con un silencioso pase. 

El chico asintió, mirando cómo sus amigos lo observaban desde el sillón, sonriéndole. 

 Todo va a salir bien, Tae, ya verás que si... 

Tiene que salir bien. 

—¿Por qué? —Hoseok mira a Yoongi con cara de pocos amigos. 

—Porque aún me debe esa deliciosa y costosa comida, corazó... ¡Auch! ¡Hoseok! 

Una carcajada se escapó de los labios de Kim, la misma que provocó que el chico que dormía en sus brazos, comenzara a desperezarse lentamente. 

 ¿Amor? 

Los tres chicos despiertos se vieron entre sí y luego a la enfermera, pidiéndole con gestos que los dejara solos por un par de minutos. 

—Hola, bebé. 

—¿Dormí mucho? ¿Por qué no me despertaste? 

— Porque sabes que amo cómo te ves mientras duermes. 

 Jimin se ruborizó mínimamente, estirando el cuerpo para poder evitar algún tipo de dolor muscular luego. Y cuando se sentó en la cama, se fijó en la ausencia de sus mayores. 

— ¿Y los chicos? ¿Fueron a comprar algo? ¿Les dijiste que me trajeran una caja de leche? 

Taehyung sólo sonrió y Jimin se dió cuenta de qué era lo que realmente pasaba. 

Era hora. 

El menor volvió a recostarse sobre el pecho del mayor, comenzando a crear figuras imaginarias en el pecho del chico, el que estaba cubierto por aquella feísima bata. 

¿Acaso no tenían ropa menos lúgubre? 

— ¿Es ahora ya? 

— Sí, cariño... Vino la enfermera hace un rato a avisarme que el pabellón está listo... 

— Eres muy fuerte y valiente, Kim.  

— ¿A qué viene eso, bebé? Pensé que tenías más que claro que soy como un dios griego. 

— Si, claro, así de sexy y hermoso y todo... Pero, hablando en serio, niño, eres muy valiente por querer salvarte y no rendirte. 

— ¿Cómo podría rendirme contigo al lado? 

101 días [vm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora