CAPITULO 15

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DÍA 14

Abro mis ojos al sentir el sonido de piedras golpear la ventana de mi habitación. Tal vez es mi imaginación, me recuesto en mi cama nuevamente y cierro los ojos

-¡Kagome! – abro mis ojos, no, no es mi imaginación- ¡Kagome!- me levantó deprisa de mi cama y me dirigí hacía la ventana, corro las cortinas y ahí está él, Inuyasha en el patio trasero lanzando piedritas a mi ventana. -¡Kagome!

-Inuyasha shhh...-le silencio con un dedo en mis labios- Despertarás a mis padres...- a Inuyasha no le interesa, lo sé, lo veo en su actitud desinteresada- ¿Qué quieres?

-Quiero entrar, ábreme la puerta- señala la puerta de la cocina, sin dejar responderme él se dirige hasta ella a esperar a que la abra, hay Inuyasha..., salgo descalza de mi habitación y corro escaleras abajo hasta la cocina.

-¿Qué haces aquí, Inuyasha? Son las 3 de la madrugada- le reprocho en un murmullo, él se encoge de hombros y me roba un beso.

-Quería verte- dice y se adentra completamente a mi casa, suspiro y resignada cierro lentamente la puerta. Obligó a Inuyasha a sacarse sus zapatillas para que no haga ruido al caminar.

°°°

-Kagome...Kagome...¡Kagome! – parpadeo al escuchar mi nombre en los labios de Inuyasha, lo miró sonriente y él niega. Hoy es Domingo, Sango me suplicó que le ayude con unos problemas de matemáticas, pero al parecer ella le comentó a Miroku que por cierto es su novio. Y Miroku se lo dijo a Inuyasha, así que estoy en compañía de ellos 3 en mi habitación sentados en el piso haciendo los ejercicios de matemáticas.

-Miroku y yo iremos a traer los refrescos que preparó tu mamá, Kagome- yo asiento al escuchar a mi amiga, los dos se levanta y salen de la habitación, dejándome a solas con Inuyasha.

-¿Otra vez recordando? – asiento sonriente y mirándolo soñadora - ¿Cuál recuerdo esta vez? – yo niego, no se lo pienso decir- Vamos dime- demanda, vuelvo a negar, no le pienso decir- Kagome...dime Kagome- ruega, me gusta cuando pronuncia mi nombre.

Razón N°14

Te amo cuando dices mi nombre, me siento especial.

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