CAPITULO 8 Un dia no normal

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Había pasado una semana con Dylan, una semana y estaba a punto de volverme loco.

No es que tuviera malos hábitos de convivencia, si no lo contrario. Grabábamos a la mañana, así que eran las 6:30 y me levantaba en busca de una ducha, las grabaciones eran a las 8:00 tenía un media hora de viaje, lo que me daba 1 hora para ducharme y desayunar tranquilamente, al otro día después que Dy se mudara conmigo y estuviera a punto de morir de un infarto decidimos salir a comprar víveres o mejor dicho yo salí a comprar y me encontré con el sentado en el asiento del copiloto sonriendo. Fue una mañana interesante y divertida verlo confundido ante las diferentes marcas, sabía que comprar llevaba años comprando para mí, y al parecer Britt era la que se encargaba de las compras por que al pedirle que traiga crema termine con un pote que queso, según él tiene forma de crema, el celular no lo ayudaba mucho.

Aquella mañana de la grabación estaba medio dormido cuando me dirigí a la cocina en bóxer y el pelo rubio despeinado lo es sin duda una imagen desastrosa de mí, abrí la heladera para tomar un poco de jugo cuando una risa me detuvo por completo.

Cierro los ojos junto a la heladera antes de girarme y ver un Dylan conteniendo la risa atraves de su mano, dándome una mirada extraña, no es que no me haya visto ya así, varias veces cuando trabamos teníamos 5 minutos para cambiarnos y Ki, Dy y yo compartíamos el camarín más cercano para cambiarnos, después de un tiempo era frecuente que nos encontraran en el camarín del otro cambiándonos sin vergüenza; había empezado hacer algo de gimnasia, no es que lo necesitara mi cuerpo era delgado y esbelto, pero decidí tomar algunas clases igual. Veo su mirada recorrer mi cuerpo lo que logra que me cambie de peso al otro pie nervioso y el calor inunde mi cara, lo que hace que reaccione.

Pensé en despertarte, pero no sé hasta que ahora duermes   – mira su taza y sé que es café, fuerte y amargo es mi arranque, sin café estoy gruñón  dijo cuándo nos conocíamos en Correr o morir.

A las 6:30 – trago saliva y miro al piso – iré por una ducha y preparare el desayuno. - giro y camino apresurado encerrándome en mi habitación, después de una ducha y haberme vestido me dirijo a la cocina para hallarme el desayuno hecho y un Dylan ya duchado y cambiado.

Desayuno listo príncipe - dice sonriendo marcando un pequeño hoyuelo en su mejilla.


No tenias que molestarte - tomo asiento y arrugo la nariz al ver una tostadas pasadas de tostada a quemada.


Como te daras cuenta no soy bueno en la cocina   -  murmura apenado mientras mira su taza - quise prepararte algo, pero no fue buena idea  -  siento mi corazón hincharse de felicidad oh  dios, lo hizo por mi  y no puedo evitar que una sonrisa grande aparezca en mi rostro.


Me gustan asi las tostada -  tomo una antes de untarle mermelada y darle un mordisco.

Veo como levanta la mirada y me regala una sonrisa sincera, que seria  era una de las primeras que me daría.


Dylmas, una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora