15- Casualidades.

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REBECCA

Mis ojos estaban pegados, con total negación a abrirse, pero mi cerebro los obligó a que me mostraran donde me encontraba y que había pasado conmigo.

Estaba abajo de un pino verdoso oscuro y un cielo completamente gris iluminaba el escenario, tenía una manta que me cubría el cuerpo y el profesor de historia se encontraba de pie a mi lado, mirándome fijamente y preocupado, se puso de cuclillas y apoyó la palma derecha en mi frente, después de unos segundos suspiró aliviado.

Ya no tienes fiebre, y estás despierta, ¡Que golpe que te diste haya arriba!- levante mi espalda y me senté, unas imágenes rojizas aparecían en mi mente una y otra vez- tal vez quieras despertarlos, no se han movido de aquí desde que no te despiertas- gire mi cabeza y me encontré a cuatro cuerpos tirados en el suelo abrazándose.

Kate se aferraba a Thomas, Thomas a Nina y Nina a Logan, todos abrazados en la tierra húmeda, sus respiraciones roncas llenaban el silencio, sonreí inconscientemente al verlos en esas posiciones, intente ponerme de pie pero todo empezó a dar vueltas y antes de que perdiera el equilibrio el profesor me ayudó a mantenerme parada, le agradecí con una pequeña sonrisa y me encamine hacia los dormilones.

Hola- los cuatro se sobresaltaron al escuchar mis palabras y tuvieron que pestañear varias veces para creer que yo estaba ahí, se pusieron de pie y me abrazaron con tanta fuerza que mi estomago dolió- ouch.

Rápidamente se alejaron y me observaron con preocupación, Thomas se acercó a mi y colocó sus dedos en el borde de mi top, negué con la cabeza pero el prosiguió, levantó la prenda de ropa y un hematoma violeta apareció en mis costillas derechas, un silencio ensordecedor invadió el bosque, me bajé el top y los miré despreocupada intentando que se olvidasen de esa imagen.

Eso es del cañazo que te pego este idiota- dijo señalando a Logan, el cual inmovilizado me miraba arrepentido por haber dejado esa marca violeta en mi cuerpo, su cuerpo de tenso cuando encontró mi mirada y su respiración empezó a alterarse.

Lo que importa es que despertó Thomas- lo reprocho Nina mirándome con una sonrisa perfecta digna de una propaganda de Colgate.

¿Te sientes bien?- me preguntó la castaña con los ojos vidriosos.

Estoy bien, ya pasó- intente cambiar de tema- han podido contactarse con alguien- negaron al mismo tiempo- ¿Alguien sabe donde estamos?

A más de doscientos kilómetros de cualquier civilización- respondió el pelinegro y suspiré apenada- no hay señal pero al menos hemos podido salvar algunas mantas, pero luego no tenemos nada, el fuego ha consumido por completo el autobús, por suerte están casi todas las mochilas inclusive la tuya, un chico la tomó por equivocación, así que algo de ropa y comida tenemos pero luego estamos fritos.

¿Que hora es?- pregunte frotándome la sien con mi dedo índice, todas esas malas noticias me habían revuelto la cabeza, al menos hay comida.

Las ocho am, los pinos nos resguardaron de la lluvia, tenemos una playa y un poco de agua al menos, lo qué pasa es que hace un frío que te cala los huesos y tenemos que turnarnos las mantas- respondió Nina mientras sus dientes titiritaban del frío.

¿Quien me salvó?- pregunte y los tres apuntaron a Logan, quien se encogió de hombros como si no hubiera sido nada.

Luego de un interrogatorio insoportable, se marcharon para despertar a los otros, todos inclusive el profesor de historia, exceptuando al rubio que me miraba apenado, con miedo y culpa.

La chica de porcelana (Libro R)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora