•Llamada de broma• •Larry Stylinson•

Capítulo 4.

[Martes 2:40 PM]

Louis y Harry no se habían cruzado en todo momento del día. Afortunadamente la materia que compartían juntos no estaba incluida en su horario, y era realmente difícil encontrarse, ya que Harry llegaba muy temprano y Louis algo tarde.

Después de todo Louis se sentía aliviado. Había sido una batalla mental preparar lo que iba a decir si se encontraba cara a cara con el rizado, pero todo estuvo a su favor.

Al llegar a su casa se tiró en el sofá de la sala de estar. Miraba al techo tratando de recordar que tenía de tarea, pero aunque pensará en cualquier cosa siempre llegaba a Harry.

Bufó y se incorporó para revisar su mochila, su madre salió de la cocina, el castaño se sobresaltó, no la había escuchado, creyó que se había ido al trabajo.

—¡Hola mamá! No te vi, lo siento.

Jay sonrió amable y negó, se sentó junto al oji-azul y tomó su mano.

—¿Cómo te fue cariño?

—Todo bien mamá, ya sabes, profesores exigentes, trabajos estresantes... Deberes... Nada nuevo—. Indicó sin energía.

Johanna asintió con una media sonrisa.

—Espero que no tengas muchos deberes, nos iremos en una hora a casa de Anne.

El castaño la miró asustado... ¡No lo recordaba! No recordaba que de cualquier manera, aunque haya intentado evitar cruzarse con Harry lo vería en su casa.

Suspiró y asintió sin ánimos. Definitivamente sería incómodo... Muy incómodo.

[3:00 PM]

—¡Vamos Lou!—. Llamó Jay.

El castaño al escuchar la voz de su madre soltó un bufido. Su corazón se había acelerado de un momento a otro y su estómago daba vueltas.

Se levantó y llevó un libro aleatorio en caso de que su batería terminará, para no ver al rizado.

Se dirigió a la puerta de entrada donde Jay lo esperaba con una sonrisa.

—Tu papá va a llegar hasta tarde cariño, me dijo que tenía que ir a una oficina muy lejana.

Louis asintió sin darle importancia, ¿Para que le decía? De todas maneras Mark nunca se preocupaba por saludarlo, compartir algún momento o simplemente por cruzar una palabra con su único hijo.

Pronto salieron de casa y caminaron al auto de Johanna, el cual era lo suficientemente espacioso para cuatro personas.

Sólo bastaron poco minutos para llegar. La casa quedaba a cuatro calles de casa y las calles en Inglaterra son pequeñas, nunca había problema.

Al llegar, Louis miró con nerviosismo la entrada. Finalmente había llegado el momento de enfrentar cara a cara su situacion con Harry.

Se bajó del auto seguido de su mamá con el libro cerca de su boca y manos temblorosas. Su corazón realmente latía tan fuerte y rápido que creía que iba a morir de una crisis nerviosa ahí mismo.

Jay lo miró con el entrecejo fruncido, ¿Louis estaba nervioso? ¿Porqué? Simplemente estaban en casa de Harry... ¿Qué es lo que pasaba?

Antes de poder preguntar algo a su hijo la puerta fue abierta, sobresaltandola un poco.

—¡Hola! Bienvenidos—. Saludo Anne.

Louis sonrió con un poco de esfuerzo y se acercó a besar la mejilla de la mujer. Jay hizo lo mismo y se adentraron a la casa cuando Anne invitó.