•Llamada de broma• •Larry Stylinson•

Capítulo 14.

Zayn conducía en su bicicleta con una velocidad que hasta ese día desconocía. No pudo esperar, al toqué de fin de clases corrió a su bicicleta, necesitaba hablar con urgencia con aquél castaño, no podía seguir con la culpa de engañar a un pobre chico, y peor aún, con la sensación de perder al chico del que estaba enamorado.

En ese momento le importaba un carajo la reacción de Louis hacía su orientación sexual, necesitaba tener la libertad de estar con quién de verdad amaba.

Cuando llegó a la casa del oji-azul, dejó su bicicleta tirada en el césped que rodeaba la entrada. Tocó varias veces la madera, una terrible sensación de desesperación recorría su cuerpo.

—¡Zayn!—. Exclamó Jay con una gran sonrisa al ver al morocho del otro lado de la puerta.

—¡Hola Jay! ¿Esta Louis?

—Si cariño, adelante, está en su habitación pero creo que está dormido...

—No importa, lo despertaré, ¡Gracias!—. Mencionó subiendo las escaleras que llevaban a la habitación del castaño.

La mujer frunció el ceño confundida, se alzó de hombros y cerró la puerta con una sonrisa.

Cuando Zayn llegó a su destino, abrió la puerta del castaño sin siquiera tocar. Entendía que en ese momento estaba siendo un completo mal educado, pero necesitaba hablar con el castaño.

Mientras tanto, la puerta de la entrada fue tocada nuevamente, esta vez Jay pudo notar más tranquilidad en aquella presencia.

Abrió la puerta y al instante sonrió.

—¡Harry! Creí que no vendrías.

—Una amiga acaba de mandarme los apuntes y deberes del día de hoy...

—¿Amiga? ¡Que amable! Me parece que esa chica está interesada en ti.

El rizado asintió con una falsa sonrisa y pasó cuando Jay se hizo a un lado.

—Lou está en su habitación, de hecho acaba de llegar un amigo suyo...

—¿Amigo suyo? Supongo que es Zayn... Voy a preguntarle si quiere que venga después.

—Claro cariño, ¿Quieres agua?

—Si, por favor.

El oji-verde tomó asiento en el sofá, mirando con desconfianza las escaleras.

[...]

—Louis... Louis... ¡Carajo Louis despierta ya!—. Llamó el morocho frustrado.

El aludido abrió los ojos con pesadez, le soltó un manotazo al contrario y se acomodó nuevamente.

—¡Déjame dormir!—. Musitó.

—¡Louis! Necesito hablar contigo... Es un tema serio.

El oji-azul se incorporó en la cama con una mueca, aborrecía que lo despertarán de un buen sueño, y aunque no recordaba muy bien lo que estaba soñando, realmente estaba durmiendo muy bien.

—¿Qué quieres?—. Preguntó de mala gana.

—Louis deberí...

El morocho se interrumpió mirando los ojos hinchados de su amigo.

—Lou... ¿Qué pasa?... ¿Estás bien?—. Preguntó, tomándolo de la barbilla para mirar sus ojos.

El castaño se movió algo brusco.

—Dime ya lo que tienes que decir, no me desperté para que mires mis hermosos ojos—. Bromeó.

Zayn frunció el ceño y asintió.