Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a galfoy y fue beteada por AliciaBlackM.
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Draco mantuvo los ojos cerrados, escuchando a los viajeros y el ruido de las vías, tratando desesperadamente de no pensar en la sangrante boca de Luna, en sus dientes rotos o en la luz verde que se la llevó tan rápidamente. ¿Por qué no pudo haber encontrado una salida? Tal vez había algo que podría haber hecho... Someter a Blaise y a sus matones, brindarle atención médica inmediata, o cualquier cosa.
Pero, por supuesto, la mansión no era un lugar donde pudiera esconder con éxito a un prisionero, no sin atraer el tipo de atención que les traería problemas a ambos. Todavía estaba en recuperación y ciertamente no estaba en su mejor forma. Había demasiadas formas de que las cosas empeoraran. Si pensaba que la tortura de los mortífagos era mala, si el Señor Oscuro se enteraba de que estaba tratando de rescatar a Luna, su castigo sería impensable. Ni siquiera su madre podría escapar del castigo simplemente por ser de su sangre.
Además, estaba el misterioso asunto de como su varita regresó a él.
Tantas incógnitas. Tantos cabos sueltos. Odiaba no estar así de confundido.
Sólo pasaron unos minutos antes de que desapareciera el parloteo en el vagón, como él esperaba. El clack clack de las vías continuó, balanceando el tren suavemente.
Ella lo había encontrado.
Abrió los ojos y pudo ver inmediatamente que ella ya lo sabía. Sus mejillas estaban manchadas y húmedas y lo miraba con temor.
—Lo siento, Granger —dijo, y esta vez lo quiso decir.
La escuchó suspirar, y su rostro se derrumbó de dolor.
—Esperaba que ella estuviera equivocada —dijo Hermione con voz temblorosa—. Esperaba que ella estuviera confundida cuando me dijo lo que iba a pasar con ella.
—¿Se equivocó muchas veces?
—Nunca, en realidad —señaló, sacudiendo la cabeza con los ojos llorosos—. No cuando lo vio, ya sabes... En su mente, era una tontería de mí, pero no podía imaginarla morir así.
—Granger, la habían torturado... En realidad, no crees que yo...
—No, lo entiendo, sé lo que hicieron, me doy cuenta de que estabas ayudando, ella también lo sabía.
Apretó sus manos llenas de cicatrices, frotándolas nerviosamente contra los muslos. —He perdido a muchos de ellos, Luna era una de las únicas amigas que me quedaban.
—Tienes a Potter —dijo Draco amargamente—. Siempre parece que tienes a Potter.
—Claro —contestó, apretando las manos contra sus sucios pantalones—. De todos modos, no sé por qué te estoy contando todo esto.
—Porque te guste o no, nos hemos quedado atrapados juntos, tú sabes que es verdad, Luna, obviamente, pensó que necesitábamos trabajar juntos, y aunque no voy a fingir que me hizo reír, es probable que tuviera razón.
Sus mejillas se ruborizaron, pero ella no discutió el punto.
—Estoy tratando de decir... Mierda, Granger, odio hablar de estas cosas. Estoy tratando de decirte que no estoy terriblemente interesado en que mi lado gane. Quiero que la guerra termine, y yo no quiero que el Señor Oscuro siga estando entre nosotros, ¿de acuerdo?
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Uno de los monstruos
Hayran KurguDudar era una cosa graciosa. Era como un pequeño tic, a simple vista inofensivo, pero cuando se arraigaba profundamente; era algo peligroso. Para Draco Malfoy un mortífago exitoso y un soldado purasangre despiadado y orgulloso, podía significar su p...