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La noche había caído, la habitación se encontraba llena de aproximadamente 10 hombres, todos de trajes y con el emblema de la familia Oh en un broche que colgaba al lado derecho de su ropa. Sobre el sillón azul marino de terciopelo había un hombre de cabellos naranjas peinados hacia atrás perfectamente, sus largas piernas cruzadas elegantemente y en una de sus manos tenía el tabaco que estaba fumando. A sus pies, un hombre estaba de rodillas, no porque quisiera, sino más bien porque había sido obligado.

—¿Y bien Shindong? ¿Tienes algún nombre para mí?

—Yoohyun, la última persona con la que su padre hizo negocios antes de morir se llama Yoohyun.

—¿Yoohyun? —El de cabellos naranjas lo miró con interés, estirando la pierna que tenía cruzada para tocarle la frente con la punta del zapato y hacerlo levantar la cabeza. —Dime más, ¿dónde puedo encontrar a este Yoohyun?

—N-no lo sé... necesito un poco más de tiempo para averiguarlo, parece que no es su nombre real.

El hombre soltó un suspiro y volvió a cruzar la pierna. —¿Qué más tienes para mí?

—Parece que su padre estaba consiguiendo información sobre la milicia norteña.

—Te pedí información sobre quien mató a mi padre, no información sobre él. —El chico rodó los ojos del mismo color naranja, le dio una calada a su tabaco y el lugar quedó en completo silencio mientras botaba el humo por sus finos labios. —Leo, te lo encargo, creo que no ha sido de mucha ayuda.

Lo siguiente pasó en cuestión de segundos, un hombre alto y de cabello rojizo que estaba a la derecha desenfundó un arma y aunque Shindong trató de rogar por su vida, solo se alcanzó a escuchar un sollozo antes de que una bala traspasara su frente y el cuerpo grande cayera sin vida sobre el suelo. Nadie dijo nada, ni se inmutaron por el espectáculo que acababan de presenciar, y el pelirrojo llamado Leo volvió a guardar el arma en su traje, quedando en su posición inicial.

—Sehun, ya es el tercero que matamos, a este paso vamos a matar a medio mundo y no vamos a conseguir suficiente información.

—No es mi culpa, solo quiero que la gente haga el trabajo por el que se les paga. —El hombre terminó levantándose del sillón mientras hablaba, ubicándose al lado del pelirrojo. —Leo, no quería que ensuciaras tus manos con estas cosas, pero tendré que encargártelo a ti.

—Sí, señor. —El pelirrojo hizo una reverencia, y al levantarse nuevamente una mano grande y de dedos largos y delgados le acarició la cicatriz que cubría la mitad derecho de su rostro. Sehun acababa de posicionarse al frente.

—Trata de averiguar algo útil, necesito culpar a alguien por la muerte de mi padre. —Sehun susurró muy bajo y en tono íntimo, acercándose bastante al rostro del otro hombre alto para que lo escuchara. —¿Puedo contar contigo, verdad?

—Sí, señor.

***

Changkyun salió de la cocina con un paquete de papas en la mano, usando un suéter de Hyunwoo muy grande y abrigador para el frío que hacía hoy, el flequillo de su cabello recogido en una coleta alta que simulaba una pequeña palmera sobre su cabeza porque su cabello ya estaba bastante largo, y unos pantalones sueltos. No había hecho nada en toda mañana y no planeaba hacer nada en lo que quedaba de tarde tampoco, ninguno en la casa parecía tener intención de hacer otra cosa que no fuera descansar de todas maneras.

Al pasar por el salón, Hoseok y Jooheon estaban tirados en el sillón mirando la tv y los dos tenían sus rostros llenos de lágrimas, Hoseok abrazaba con fuerza un cojín contra su pecho mientras Jooheon se abrazaba sus propias piernas.

Dystopia [Changkyun x Todos | Todos x Todos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora