PROCURO OLVIDARTE

CAPITULO 16

AITANA

A la mañana siguiente, y después de las entrevistas correspondientes, me paro un rato a pensar en qué viví anoche.

Estoy en el baño y no puedo evitar mirarme al espejo y pensar quién es esa chica que se refleja en él.

No es la misma Aitana que entró a finales de octubre y no sabía lo que el futuro le deparaba.
No es que ahora lo tenga muy claro, tampoco, pero definitivamente, no es la Aitana que siempre he conocido.

Cuando llegamos a la Academia, porque los cinco finalistas dormimos allí, todos me hicieron el tercer grado y yo les agradecí lo que hicieron, pero en todo momento negué que hubiese pasado algo que no se pudiese contar.

Tampoco les dije que estuvo a punto de pasar si no llegan a aparecer Raoul y Agoney pegando voces y siendo lo más escandaloso de la fiesta.

Y es que sigo sin creerme qu Cepeda estuvo a punto de besarme. A mí. A esa niña que siempre vio como su hermana.

Sonrío ante el espejo y me digo que me gusta esta Aitana. Y, aunque muchas cosas hayan cambiado, yo sigo siendo feliz. Y en eso me parezco a la Aitana del pasado.

La única diferencia es que mi felicidad ahora proviene de otro lado.

No solo sentimentalmente, por supuesto. No voy a obviar la suerte que he tenido por entrar en un canal de 24h donde la gente ha podido conocerme y ver cómo soy y cómo trabajo.

Por la tarde, nos devuelven nuestros móviles justo cinco minutos antes de que nuestros padres aparezcan. Me fundo en un largo abrazo con ellos y me vuelvo a sentir afortunada.

-¿Qué tal la fiesta?-pregunta mi madre.

Ellos estuvieron, pero se fueron pronto. Decían que era algo para que disfrutáramos nosotros y no querían incomodar. Les expliqué que no pasaba nada pero decidieron marcharse.

-Muy bien. Me lo pasé muy bien. Les echaba de menos a todos.

-¿Vicente se quedó mucho tiempo?

-Umm... Hasta que me fui yo. No sé cómo volvería.

-Luego irá a la casa.-dice mi padre.

-Vale.

Parece que el fin está más cerca de lo que esperaba.

CEPEDA.

A esta hora ya debe tener su móvil.
Me pongo nervioso solo de pensar en escribirle o no.

Ana es la primera en dar señales de vida por el grupo. Bromea diciendo que su móvil va a petar y que tendrá que comprarse otro.
Ricky y Roi le dicen que a mí se me rompió por la cantidad de notificaciones y todos se echan a reír.

Menos ella.

¿Qué estará haciendo? ¿Habrá llegado a casa? ¿Estará bien?
¿Se arrepentirá de algo de lo de ayer?

Tengo a Roi al lado. Ambos hemos dormido en un hotel y mañana cogemos un ave a Madrid. Tenemos un compromiso al que ir, y se quedará un par de días en mi casa.

-¿No has hablado aún con ella?

-No.

-Joder, tío, llámala.

-No quiero incomodarla. El primer día fuera es duro. Un golpe de realidad. No quiero atosigar.

-Te dijo que le gustabas, Cepeda. Créeme que estará igual que tú.

Un recuerdo invade mi mente, y me atrevo a preguntar.

-El día que os abrazasteis...

-Te echaba de menos, y se dio cuenta de lo que sentía por ti.-miro a mi amigo agradecido, sonriente y sin saber muy bien qué decir-Te dije que no te tiraría a una piscina sin agua, tío.