CAPÍTULO 26

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AITANA

-Me alegro mucho por vosotros. - sonríe Raoul, le dedico una sonrisa sincera antes de darle un abrazo. A él también lo he echado mucho de menos, incluso se ha convertido en un hermano.

La inesperada visita de mi ex no consigue arruinar esta noche. La emoción del primer concierto, la ilusión de mi relación con Luis y el hecho de sentirme arropada por nuestros compañeros y familiares me han ayudado a olvidar el incidente. Realmente mis padres se alegran de mi relación y no puedo ser más feliz por ello.

-Les encantas. -le susurro después de que mi padre le abrace como si de un hijo se tratara. Una lágrima moja mi mejilla y él me la seca sonriendo. 

-A mí me encanta verte feliz. -besa allá donde mis lágrimas de emoción se habían posado. 

Cuando llegamos al hotel, todos decidimos ser buenos y no armar mucho escándalo, aunque a Mimi y Ricky no les convence eso de acostarse temprano.

-Son las cinco de la mañana, Ricky, y estamos muertos. - expresa Ago.

- ¡Pues menos mal que soy el viejo!

A la pareja no le basta con habernos pasado las últimas cuatro horas bailando y dándolo todo en una discoteca del centro de Barcelona. Ellos pretenden que en un lujoso hotel de la ciudad, demos el follón dieciséis personas -que se dice pronto- a todos los huéspedes.

-Ana, ¿tienes que pasar por tu habitación o lo tienes ya todo en la mía?

Marina mira a Ana y Roi y les pregunta que si eso es porque Luis y yo vamos a dormir juntos y si ellos lo sabían.
Me siento mal al pensarlo pero ¿no es lógico? Son nuestros mejores amigos, nuestros hermanos ahí dentro. Amaia y Alfred, también Miriam. Creamos una familia todos, sí, pero está claro que cuando algo importante me pasa, las primeras personas que abro en mis contactos son ellos.
Y Luis.

En la cara de este, noto que le incomoda la pregunta. Su relación con Marina no es la mejor del mundo. Desde la semana que cantaron Complicidad han tenido sus tiranteces y creo que no han llegado a mantener una conversación los dos solos desde hace meses.

-No, lo tengo todo listo. -responde Ana ignorando la pregunta.

-Es normal que lo supieran, necesitaban cómplices. -Alfred suena relajado, incluso divertido, pero sé que solo es una forma de romper el momento tenso que se ha creado.

-No, si yo lo que digo es que mucho compañerismo pero luego...

-Buenas noches. -dice Luis, intentando disimular su incomodidad. Me despido de mis compañeros, siguiéndole y le abrazo en señal de apoyo. Sé que el momento ha sido aún peor para él. No solo esto último, que ha sido una peleilla sin importancia, sino los momentos tensos en general. 

Cuando llegamos a la habitación, estoy dispuesta a hablar del tema. La excitación del concierto se ha visto mermada por la llegada de Vicente y por la actitud de nuestra compañera, y quiero saber cómo está.

Pero no me da tiempo.

En cuanto cierro la puerta, Luis se lanza, me encierra contra la pared y me besa. Respondo nada más sentir sus labios. Mis manos viajan hacia su espalda, levantando su camiseta básica llevándola hasta el suelo.
Él se separa un poco, a modo de pregunta, me mira inquisitivo: quiere saber si eso significa lo que los dos queremos que signifique.

La ternura que me produce que dude que quiera estar con él, me hace sonreír y opto por volver a besarlo, pero cambio mi objetivo.
Su cuello desnudo me parece más apetecible en este momento.

Luis decide que debemos estar en igualdad de condiciones, y con un hábil gesto, me levanta y me dirige hasta la cama en la que anoche dormimos abrazados. Parece que hoy la intención es bastante diferente.
A los pies de la cama comienza a levantar mi vestido. No es el mismo conjunto que llevaba en el concierto, ya que hemos tenido que dejarlo todo allí para el próximo.

PROCURO OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora