Segundo capítulo.

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Al entrar al salón de clase del menor de la familia Styles, se podría apreciar, rápidamente, los dibujos de los pequeños niños colocados sobre las paredes de colores.

La temática era distinta en cada dibujo, puesto que los niños tenían libertad de plasmar en el papel lo que su imaginación les dictará en el momento. Sin embargo lo que predominaba en los cuadros de los traviesos niños eran los superhéroes de Marvel, entre ellos Spider-Man; por otra parte, los dibujos de las delicadas niñas trataban sobre cuentos encantados en los cuales, un príncipe junto a su princesa eran los protagonistas. Pero, sin duda, el que más llamaba la atención era aquel que se encontraba en el centro de todos, tal como una preciada reliquia, y que llevaba en el borde inferior derecho el nombre de su autor, Harry Styles, con una prolija caligrafía cursiva.

Y aquello no solo se debía al cuidadoso trazo y el delicado pintado que Harry proyectaba en sus dibujos, sino, también, al estilo original del ojiverde, que había decidido pintar a su familia, o quizá, a la que él en realidad anhelaba.

Su dibujo mostraba una soleada tarde en el denominado Middlewich Road Playground, el nuevo parque recreativo de Holmes Chapel. Harry se hallaba sentado en un columpio, con su mirada esmeralda en su madre, quien sonreía abiertamente, y junto a ella, su padre, que sonreía de una manera más conservada y ligera.

 En el dibujo también había unos cuantos árboles con hojas verdes de acuerdo a la fresca primavera de Abril, además de un cielo naranja con leves destellos rosa.

Harry había dibujado lo que para él significaba una perfecta tarde de domingo en compañía de sus padres, una tarde que él esperaba.

Tras retirarse Adeline, después de haber dejado al menor en su respectivo salón, Harry se adentró, encaminándose luego hacia Amy, su maestra de educación pre-escolar, para saludarla como hacía cada día, con respeto y educación.

—Buenos días, Amy —habló Harry dedicándole un cálida sonrisa. Su maestra se arrodilló hasta su altura, dándole un abrazo. Harry Styles era el alumno preferido de su maestra, no solo por su buen comportamiento, sino por su actitud sincera e inocente.

Y Harry se preguntaba si ese era el motivo por el que sus compañeros lo excluían de las actividades dinámicas. El menor se cuestionaba muchas cosas a pesar de su corta edad.

—Buenos días, mi niño —, respondió Amy con otra sonrisa de vuelta. —Veo que has traído a Spaghetti contigo —, mencionó con ternura.

—Así es —afirmó el ojiverde con ilusión.

Harry no solía llevar a su esponjoso Spaghetti con frecuencia al centro infantil; temía perderlo o que algún compañero suyo se lo arrebatara y terminara rompiéndolo. Sin embargo, por alguna extraña razón, aquella mañana sintió llevarlo. Quizá tendría la oportunidad de mostrarle su oso de peluche a otro niño, con quien podría iniciar una conversación sobre pertenencias importantes y, al final del día, volverse su amigo.

Harry aún mantenía esa esperanza a flote, pero, nuevamente, se encontraba equivocado.

Él jamás dejaría de ser aquel encantador pequeño de rostro infantil; su maestra jamás dejaría de llamarlo mi niño; y, sus compañeros jamás dejarían de excluirlo por eso.

Después de recibir papel brillante y tijeras de su maestra, Harry fue a su solitaria mesa y se dispuso a moldear con sus pequeños deditos, el papel para formar las plumas de un colorido pájaro. La temática de aquel día era “Creatividad en Origami”.

Aquel nuevo día talvés podría ser perfecto para el pequeño Harry, talvés.

N/A: Hello :)

Este es mi primer fanfic Larry, así que infinitas gracias a todos los que han leído, comentado y votado. Un abrazo!

Stay With Me ♦Larry Stylinson♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora