Octavo capítulo.

604 78 6
                                    

Martes, 7:22 a.m.

El pequeño Harry no cuestionó en absoluto quién era Louis o de dónde provenía. En su corazón solo cabía el cariño sincero que le había dejado aquel breve e inesperado abrazo. Sentía curiosidad por saber más sobre el niño castaño que caminaba alrededor de su habitación observando todo sin perder ningún detalle. Quería perderse nuevamente en el par de ojos azul zafiro que hace pocos minutos le habían mirado con la misma devoción con la que su madre y Amy le miraban.

¿Y si me pierdo en tu mirada? Piénsalo, es tan azul como el cielo e infinita como el mar.

 

De pronto, el ojiverde sintió los pasos de su madre acercarse hasta su habitación provocando que ambos niños fusionaran sus miradas cómplices. El pequeño castaño saltó rápidamente sobre la cama y se acurrucó junto a Harry bajo las sábanas azules.

Después de un par de golpes, la puerta se abrió sutilmente dando paso a la silueta de Anne. Su mirada reflejaba el amor materno que irradiaba día con día. Su pequeño Harry era la representación física de su fuerza diaria. 

Por otra parte, Harry fingía que aún dormía, procurando mantener una respiración lenta y acompasada mientras relajaba los músculos.

 —Bebé, despierta. ­—Habló con aquella dulce voz su madre. —He preparado tu desayuno favorito, Harry. — Volvió a decir mientras movía a su niño. Harry se movía vagamente y susurraba cosas sin sentido como cada mañana­. Sin embargo, aquella era la excepción.

­Estaba a punto de levantar a Harry y llevarlo en sus brazos hasta la cocina, cuando el teléfono sonó al otro lado del pasillo, provocando un suspiro escapar de sus labios mientras se levantaba para caminar a su habitación. Esperaba que no fuera una llamada del gerente de la inmobiliaria para indicarle alguna nueva compra imprevista aquel día. Planeaba ir a recoger a Harry al centro infantil temprano en la tarde y llevarlo a comer un pequeño bocadillo en Sweet Look. Estaba decidida a hacerlo.

Cuando Harry sintió que su madre iba a contestar la llamada, también se dio cuenta que el pequeño calor que se abrazaba a él bajo las sábanas iba desvaneciéndose poco a poco y, para cuando Harry movió la sábanas, no encontró a nadie que no fuera Spaghetti en medio de un par de almohadas.

¿A dónde había ido Louis?

Harry estaba consciente de que aún estaba un tanto adormilado, pero se negaba a aceptar que aquello hubiera sido sólo un bonito sueño. El abrazo que le había sido otorgado se había sentido completamente sincero y real. De aquello estaba seguro.

Retiró completamente las sábanas de su cuerpo, mientras balanceaba sus piernas alegremente en la orilla de la cama. Mientras esperaba a su madre, el ojiverde pensó en Louis, en su encantadora mirada, en el brillo de su blanquecina sonrisa y, por sobre todo, en el bonito sentimiento que le había hecho sentir. Para Harry, él era real.

 

(...)

Harry había llegado a Happy Days hace poco más de media hora y, en lugar de mostrarse triste, su rostro reflejaba una dulce y adorable sonrisa que remarcaba sus tiernos hoyuelos profundamente.  

Su madre le había prometido que esperaría por él en la tarde y que después irían juntos a un lugar especial. El menor no había preguntado por su padre desde que había despertado, sin embargo, no había necesidad. Harry pensaba en él como alguien usualmente ausente y distante, además no quería que en la mirada de su madre se notara un matiz de tristeza recordándole lo que había sucedido la noche pasada. No había otra persona a la que él amaba tanto como su mami. Y claro, después se encontraba Amy.

Antes de comenzar la clase de aquel día, Amy indicó que un nuevo niño se uniría a ellos y le pidió que pasara para presentarse.

— ¡Hola! — Gritó un pequeño niño rubio de ojos azules con entusiasmo. Su mirada inocente se posó en Harry y, al instante, le brindó una hermosa sonrisa.—Mi nombre es Niall Horan. —Expresó mientras tomaba un profundo respiro antes de continuar: —Y soy de Irlanda. —Terminó diciendo con orgullo.

Harry había escuchado sobre Irlanda, en algún anuncio publicitario sobre cierta marca de cereales que mamá solía comprar. Harry dedujo que el acento especial de Niall al hablar se debía a que él venía de Irlanda, y aquello estaba bien. A Harry le había encantado el acento del pequeño rubio sonriente.

Tras haber concluido la presentación de Niall al resto de la clase, Amy lo envolvió en un abrazo y, al separarse, lo tomó de la mano llevándole hasta la mesa de Harry.

­—Bien, Niall, este será tu cubículo.— Le dijo mientras lo dejaba junto al ojiverde. —Saludo a Harry, él será tu compañero de mesa. —

—Hola, amigo. —Saludó Niall con efusividad mientras tomaba asiento junto a Harry. El pequeño Styles se quedó cohibido por la manera en la que el irlandés le había llamado. Amigo, era la primera vez que alguien le saludaba de tal forma.

—Hola. —Respondió Harry tras el silencio, sonriendo hasta el punto de remarcar sus hoyuelos nuevamente.

— ¡Hey! Tienes hoyuelos en tus mejillas, —puntualizó con su voz bajita debido a que Amy, en la parte delantera, ya había empezado con la clase.  — ¿Puedo tocar? —preguntó inocentemente.

Harry, estando de acuerdo, dejó que el pequeño rubio colocara uno de sus pequeños dedos sobre la mejilla de Harry mientras sonreía. Sintió como hundía un poco el toque en aquel punto y luego añadía otro dedo en el hoyuelo libre. Rió un poco ante tal sensación y luego observó como Niall le miraba maravillado. El ojiazul admiraba a las personas que poseían aquel singular rasgo facial. Él consideraba que aquello hacía ver a las personas más bonitas y con una sonrisa tierna, sin embargo, también decía que, cuando fuesen ancianas, tendrían dos arrugas extra. El pequeño Niall era creativo, divertido y bastante ocurrente.

 (...)

La letra del alfabeto correspondiente a aquel día era la "B". Amy se movía alrededor del salón de clase enseñando, mesa tras mesa, cómo escribirla en minúscula y en mayúscula. También mostraba a sus pequeños estudiantes varios dibujos de animales cuyos nombres empezaban con tal letra.

Los niños se concentraban especialmente en la escritura, anhelantes de poder escribir la letra B con dos "pancitas" tan redondas y perfectas como les fuera posible. Después de haberlo logrado, algunos iban tras de Amy debido a que la pelinegra solía dibujar para los niños el animal del día en sus cuadernos.

Cuando fue el turno de Harry, Amy comenzó a trazar unos cuantos círculos hasta pintar y dar por terminado un pequeño osito (bear) con ojitos azules y pupilas brillantes. El pequeño ojiverde al mirar con detenimiento su dibujo, se percató de la similitud que tenía la mirada de aquel bonito osito con la mirada de Louis. Se trataba de un dibujo especial.

N/A: Hola hermosas personitas de Wattpad. ¿Cómo están?

Bien, este capítulo está dedicado a franny_01, por sus bonitos e inspiradores comentarios. ¡Gracias, honey! <3 

Stay With Me ♦Larry Stylinson♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora