Ellos o nosotros

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Al separar sus labios de mi mejilla, lo primero que noté fue como las mejillas de Mike estaban demasiado rojas, mucho más que hace unos segundos atrás, y estaba sonriendo al igual que yo. Estuve apunto de hablar, pero me quede callada sin querer soltar algo estúpido y que arruinara el momento. Aun si no me beso en los labios, me sentí demasiado alegre por un simple beso en la mejilla.

Pero esto significaba que todo iba a cambiar, él lo sabía perfectamente y pareció no importarle. Al igual que a mí.

—Creo que... Me gustas.

El chico abrió los ojos en sorpresa y comenzó a tartamudear nuevamente.

—Y-yo...

Por las ventanas se vieron las luces de un auto, que llamaron la atención de Mike y este rápidamente me volteo a ver pidiendo perdón, para luego irse a ver si eran su hermana y Jonathan los que habían llegado.

"Mierda, ¿qué acabo de hacer?" pensé pegando mi cabeza contra la mesa.

Quite mi cabeza de la mesa en cuanto los chicos me hablaron, saliendo de la cocina con bandejas llenas de muchos vasos de pudín. Antes de que Dustin pudiera abrir una, la puerta de la cafetería fue abierta bruscamente mostrando a Mike, quien vino ha nosotros corriendo con una cara de susto.

—Nos encontraron.

No tuvo que decir nada más para que salgamos del lugar corriendo, pero con cuidado de no toparnos con uno de los malos.

—¿Cómo nos encontraron? —pregunto el moreno mirándonos sin parar el paso.

—No sé, fueron al gimnasio.

Estábamos por acercarnos a una de las puertas de salida, hasta que fue abierta por dos hombres con armas, estos al vernos nos apuntaron con sus armas y dimos la vuelta con rapidez corriendo en la dirección opuesta. Nos metimos por un pasillo doblando a la izquierda, solo para toparnos con más de ellos. Regresamos y corrimos al otro pasillo, deteniéndonos al ver a una señora rubia siendo acompañada por los primeros dos hombres y los tres nos apuntaban con sus pistolas.

Nos quedamos quietos, mire para los dos pasillos viendo que estábamos rodeados.

"Son ellos o nosotros" pensé sabiendo que no quedaba de otra, tenía que hacer lo mismo de años atrás "Definitivamente ellos"

—Eleven... —mire a la chica, le señale con la cabeza a los de atrás y esta asintió. Di un paso enfrente con las manos hechas puño, las luces parpadearon y abrí mis manos, pequeñas chispas salieron de entre mis dedos, para que luego la luz azul se formara entre mis manos—. Chicos, creo que querrán taparse los ojos.

Estire mis manos con rapidez dejándolos paralizados, ladeé mi cabeza con lentitud, sus armas estaban debajo de sus mentones y en otro movimiento de entre mis dedos, apretaron los gatillos, la sangre voló por doquier y sus cuerpos sin vida cayeran al suelo.

Mis brazos cayeron a cada lado de mi cuerpo, limpie la pequeña linea de sangre de mi nariz y me gire a ver a mis amigos. No habían cerrado los ojos, acababan de ver lo que había hecho y al ver a Mike directamente a los ojos... Sentí náuseas.

Vi como Eleven estaba apunto de chocar contra suelo, hasta que la atrape con mis poderes y la deje con delicadeza en este. Nos agachamos para ver si estaba bien, Eleven tenia los ojos cerrados y se veía algo pálida.

—¡El! ¿estás bien? —la sacudí esperando a que abriera los ojos, cosa que no hizo y mire a los chicos asustada—. No despierta.

Mike acerco su oído a su espalda y después nos miro preocupado.

—Apenas respira... Tenemos que irnos —dijo e hice que la chica terminara boca-arriba, para luego tomarla entre mis brazos e intentar levantarme con ella, fallando en el intento.

—¡Déjenla! —dijo esa voz tan conocida para mí causándome escalofríos. Los chicos se pusieron frente a nosotras cubriéndonos. No podía ver al hombre gracias a ellos, pero estaba totalmente segura de que era él—. Aléjense de la niña.

—¡No! Si la quiere, tendrá que matarnos —dijo Mike tomando un paso al frente.

—¡Así es!

—¡Coma mierda! —exclamo Lucas.

Una mano en mi brazo me hizo soltar a Eleven y me levantaron del suelo para tomarme de los brazos, varios hombres llegaron por detrás y tomaron a los chicos de la misma manera que a mí, no tuve tiempo de hacer nada.

—¡Suéltame! —forceje con fuerza, soltaba patadas y mire a Mike con el miedo de que le hicieran algo—. ¡DÉJALO IR MALDITO!

Mire al frente y vi la espalda de un hombre con cabello blanco sosteniendo a Eleven como yo hace unos segundos. No habían dudas de que era él... El dueño de esa voz de mis sueños y el hombre de mis repentinos ataques de recuerdos. Era el hombre que solía considerar una figura paterna y que solía tenerle cierto cariño al ser el único que conocía en ese maldito laboratorio. La persona que más me hizo sufrir y robo parte de mi niñez con sus estúpidos experimentos.

—¿Papá? —Eleven abrió los ojos mirando al hombre.

—¡DÉJALA IR, DESGRACIADO! —grite con rabia, Eleven me miro y estiro su mano hacia mi diciendo mi nombre.

El hombre me miro, reconociéndome inmediatamente. No perdió tiempo y se levanto dejando a Eleven en el suelo para verme de cerca, parecía analizar mis facciones con demasiado detenimiento y tomo mi mano izquierda mirando el número.

—He esperado años por este momento —separe mi mano bruscamente y me mostró una pequeña sonrisa—. Al fin regresaras a casa.

—Púdrete, no volveré a ese maldito lugar.

—Ese laboratorio es tu hogar, tú no perteneces aquí con ellos —miro a los chicos durante unos segundos y regreso su mirada a mi. Hice mis manos puño en cuanto soltó lo siguiente—: Ten, no eres una niña normal y nunca lo seras.

Las luces parpadearon por unos segundos.

—La sangre —susurro Mike y vi como la sangre de los agentes que había matado, se esparcía por el suelo. Regrese mi mirada al peliblanco.

—Lo sé, te aseguraste de que nunca lo fuera y ahora... Estarás muerto pronto.

Antes de que el hombre pudiera decir algo, las luces se apagaron y todos miramos a un punto exacto.

Los ladrillos de la pared se estaban rompiendo, aproveche que el hombre aflojo el agarre y levante las manos para empujar al peliblanco con mis poderes y que cayera encima de la sangre. El Demogorgon salio de la pared gruñendo, los hombres nos soltaron para posicionarse frente a nosotros y comenzar a disparar contra el monstruo. Aprovechamos eso para correr por Eleven, Dustin la sostuvo entre sus brazos y corrimos lejos del lugar, dejando al Demogorgon con los malos.

Mire para atrás un momento y vi como el Demogorgon atacaba a quien solía llamar 'papá'.

Mike me tomo la mano con el miedo de soltarme y me mantuvo cerca de él en todo momento.

Love you, Mike || Mike WheelerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora