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Will me llamó en la mañana temprano quedó en invitarme a comer, me arregle con un vestido color cereza muy veraniego y sandalias blancas el pelo lo recogí con una coleta, cogí mi bolso y salí de casa, subí al coche y puse rumbo al restaurante donde habíamos quedado, al llegar, vi que este me esperaba en la puerta del lugar.
—Llegas 5 minutos tarde, estaba a punto de dejarte plantada.—dijo dandome dos besos.
—Jajaja.—sonríe falsamente.—No te hagas el gracioso, tengo tanta hambre que me comería una vaca.
—Pues vamos a que estamos esperando, ya se como eres cuándo tienes hambre y no me gusta.
Él me tomó por la cintura sonriente una vez dentro hablo con el metre para llevarnos a nuestra mesa, aquel lugar era precioso estaba junto a la playa, la mayoría de veces tenías que reservar mesa con semanas de antelación, Will retiro la silla para que yo me sentará, al lado había una cubitera con hielo y una botella de vino blanco.
—Mira cariño.—señaló la botella—Es tú preferido.
Sirvió las dos copas generosamente, él camarero llegó para tomarnos nota, yo pedí un pescado a la parrilla acompañado de una ensalada, Will una langosta.
— ¿Que quieres emborracharme?-formule dando un sorbo.—Que sepas que esto no funcionará.
—Por qué eres tan mal pensada. —reía.—Soy muy inocente nunca haría nada así.
Lo mire coqueta el agarró mi mano pasamos el almuerzo entre risas y hablando de cosas triviales del día a día, una vez terminado decidimos ir a un pub justamente situado en la playa, estábamos muy relajados tomando una copa cuándo en la radio del lugar empezó a sonar aquella canción "In spite of All the Danger" la última que John me dedico aquel día por teléfono, mi corazón se encogió, él cuerpo empezó a mandarme señales incorrectas no podía moverme.
—Cariño, ¿Estas bien? ¿Me estas asustando? Estas pálida y temblando.—dijo nervioso tomando mis manos.
Yo las aparte de mala manera y lleve las mías al cuello para palpar el colgante, él maldito reloj, no estaba.
—¡No está!—grité haciendo que todo el mundo nos mirara.
—¿Que mi amor? Tranqulizate me estás asustando, ¿El reloj?
—¡Joder William! ¡El colgante! ¡El reloj! ¡No está! —gritaba buscando por el suelo.
—Te compraré otro, pero Relájate no es para tanto, por favor. —decía intentando levantarme del suelo.
—¡Que dices joder! no tienes ni puta idea de lo que ese reloj significa para mí.—gritaba llorando desconsoladamente.— ¡Ni puta idea entiendes! ¡así que cállate y deja de decir tonterías!
—¿¡Sabes que!? estas loca enserio cuándo decidas contarme lo que pasa llámame paso de esto.
—¡Vete a la mierda! A la ¡mierda! —le grité sin poder dejar de llorar.
Salí de allí a paso ligero él me seguía diciendo cosas que si quiera podría entender por la situación en la que me encontraba sólo podía pensar en el día que John me lo regalo y en lo que me dijo ""Cuándo sientas que me extrañas míralo y piensa en mí y recuerda que cada minuto y segundo es uno menos para que nos volvamos a ver"" subi al coche apoye mi cabeza en el volante no podía parar de llorar cada vez sentía más que me faltaba el aire.
—Abreme. —Will dio unos toquecitos al cristal.—Quizás no te lo colocaste hoy y está en tú casa yo no recuerdo habertelo visto puesto.
Lo mire con el ceño fruncido, abri la ventana, acaricio mi cabello, y me miró preocupado.
—Joder si que es importante ese colgante en tú vida.—sonrió.
—No te imaginas cuánto.—mire el asiento del copiloto con nostalgia recordando el momento en que me lo entregó.—Sabes Will, yo no estoy bien lo he intentado dios sabe que si, pero no es justo no para ti, ni para mí, lo siento.
—¿Me estas dejando?
—Será mejor que nos demos un tiempo ¿vale? Antes que tú hubo otra persona que aún no la olvide y creo que jamás lo haré.
—Ahora entiendo y él es el que te lo regalo el colgante digo.
Asenti y mordi mi labios Para evitar volver a llorar.
—Vale está bien pero por favor llámame cuándo lo necesites sabes que siempre estaré aquí.
Acaricie su cara y le besé en la comisura de los labios, después arranque el coche Para poner rumbo a casa, cuándo llegue me puse como loca a buscarlo, después de una hora la casa parecía haber sido arrasada por un tornado, me senté en el suelo resignada cuándo debajo de la mesa del televisor vi un reflejo, fui agatas colé la mano y el corazón me dio un vuelco ahí estaba el maldito colgante, al ponerme de rodillas pulse el control y la pantalla se encendió y allí estaba él dando una entrevista y ahí estaba yo con su colgante en la mano y la otra acariciando su rostro.
—Eres un maldito, te odio, ¿Por qué me hiciste esto? Duele y mucho, no sabes cuánto te extraño.—murmure entre llantos.-Joder johnny 13 semanas 91 días y 2190 horas.
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Lucky ones | John Lennon. ×Corrigiendo×
FanficMe daba miedo, pensé que nadie podría salvarme, Llegaste tú y me recogiste cual bebé... Todos los ahoras y después, las estrellas se alinean, Un chico y una chica se encuentran por obra del gran plan, ¿Es posible que seamos tú y yo los afortunado...