Capítulo 13: Un encuentro lleno de dolor

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Hitsu y Nee se encuentran a un terrible puente colgante cubierto de niebla para llegar al templo y santuario del maestro Diej Fudo. Al principio Hitsu se negaba a cruzar aquel aterrador e inseguro lugar, pero cuando Nee comenzó a cruzar, el orgullo de Hitsu lo hizo cruzar también. Las rodillas de Hitsu tiemblan al mirar hacia el terrible acantilado que se encontraba bajo sus pies. Nee parecía inconciente de lo que pasaba a su alrededor, y caminaba tranquila y serena.

Cuando por fin cruzaron el puntente, Hitsu volvió a tomar color, solo para gritar molesto al darse cuenta de que a unos metro había un puente más corto y estable de piedra.

-Por qué me hiciste cruzar ese puente de la perdición sabiendo que hay uno mas seguro ?!! LO QUE TÚ QUIERES ES MATARME!!!

-Hay Hitsu ya calmate sólo quería que vivieras la experiencia completa del santuario. -Dijo Nee tomado una pose de Guía de turistas-

Aquel lugar parecia ser solo magma frio, un simple desierto gris y húmedo, en el aire se respiraba azufre y ceniza, gracias a eso parecía que ya iba a oscurecer, pero era medio día. Hitsu sólo pensaba Nee es una demente y en diez años no pude darme cuenta, VA A MATARME. Nee sólo explicaba cualquier cosa que veian, si era una roca decía que era, como era, y hasta por que era. Después de recibir un "recorrido" de tres metros por Nee, llegaron a la puerta de entrada. Se veía escalofriante, una puerta de madera de 4x2.5 metros con figuras de seres extraños talladas, una manija con un monstruo de metal en ella, sus ojos eran de zafiro y brillaban cuando un rayo de luz lograba pasar entre la ceniza. Eso ponía mucho más nervioso a Hitsu que no se atrevía a tocar aquella puerta, entonces Nee al ver que no se atrevería se lanzó como una cobrador molesto e hizo resonar la manija en la puerta.

Hitsu no dijo nada solo la veía con una cara de "porque, porque lo hiciste maldita loca". Nee reía burlonamente cuando la puerta comenzó a abrirse lentamente, al entrar se percataron que se había abierto sola, paso a paso se adentraron más y más a aquel santuario cubierto de vapor olor a azufre y ceniza gris, cada cierto espacio había una pequeña lámpara de aceite, eran de bambú y estaban unidas al suelo por una base del mismo material. Pasaron varias horas caminando.

De pronto el paisaje cambio, se veía un pequeño jardín de rocas, y la luna brillando a todo su esplendor. Aquella brillante luz reveló a uno de los habitantes de aquel santuario, era Gure, hijo de guardián del santuario. Él no decía nada, tan solo los miraba fijamemte, entonces Hitsu intento abrir la boca, pero Gure hablo primero:

-Tú, hijo de Den Bai, señora Bainer... Que buscas en mi hogar?!.....

-Ahórrate tu palabrería Gure, solo intentamos cumplir la misión de mi señ......

Antes de que Nee pudiera terminar la frase Gure lanzó un trozo de bambú a su cara, logrando que Nee cayera hacia atrás...

-Cómo te atreves a retarme pequeña insolente, nunca me dirijí a ti o si? -Dijo Gure alardeando-

En ese instante Nee se levantó con la rabia hasta la punta de la cabeza, es decir tremendo chipote que Gure le había dejado en la frente. Nee sin analizar un poco sus acciones se lanzó en contra de Gure, quien solo pego tremendo grito cuando la malhumorada Nee le mordió el brazo. Hitsu sólo miraba desde atrás en silencio mientras Nee atacaba a Gure como niña de tres años, pero al ver que esa "pelea", si se le puede llamar así, iba para largo, decidió mejor seguir caminando sólo.

Camino un par de metros siguiendo un camino de piedra metalica, ahí se topo con una enorme puerta Roja, con letras en algún idioma extraño y detalles de oro. Hitsu no lo pensó dos veces y utilizando toda su fuerza abrió aquella puerta de un solo intento. Más lo que había del otro lado no era del todo agradable. Una mirada agresiva y fría se dirigió hacia él, Hitsu estaba perplejo y se quedó inmóvil.... Era ni más ni menos que el Dakum menos paciente de toda la tierra, Monsuta.

Hitsuyo [Se Va A Reescribir Por Completo ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora