El cuerpo sin vida de Mónica fue encontrado una mañana de finales de noviembre, justo en el parque en el que otro joven tomó la misma decisión seis años atrás.
La noticia conmocionó no solo a sus familiares o conocidos más cercanos, sino a una buena parte de la ciudad de Toluca. No tardaron en hacerse averiguaciones sobre las causas de su suicidio y en formarse teorías al respecto; todas estas apuntaban a la insipiente viralización de sus fotos íntimas de parte de su exnovio y tras esto, una vez que se indagó más en el caso, se señaló a la falta de apoyo de sus padres sobre la situación.
Fueron habladurías que se esparcieron rápido, primero entre los compañeros de generación de Mónica, después llegó a los oídos de las personas de otros semestres, hasta que estos mismos estudiantes hablaron con sus padres del caso. De oído a oído, de boca en boca, de familia en familia, hasta que llegó a convertirse en algo oficial. Incluso en las páginas destinadas a divulgar noticias, había notas que señalaban con dureza a los progenitores de la adolescente que fue encontrada sin vida en La alameda 2000.
De ser victimarios pasaron a ser víctimas de ese dedo que señalaba, de las miradas indignadas y del irrespeto a su dolor. Hasta ellos mismos se apuntaban como culpables, aceptando todo, arrepintiéndose de cada uno de los improperios que llegaron a proferir contra su hija sin saber el daño que le causarían, y repasando un montón de veces en el pasado, en busca del momento en el que pudieron extenderle la mano para evitar la tragedia.
La demanda contra Gustavo siguió en pie, culpándolo también a él de la decisión que tomó Mónica, por haber difundido ese tipo de contenido prohibido. El joven fue encontrado semanas después por las autoridades, durmiendo en un motel de mala muerte y al borde de una sobredosis por consumo de alcohol. Una vez él se recuperó, fue llevado a la fiscalía, en donde, sin resistencia alguna, admitió lo hecho y fue refundido en la correccional de menores a cumplir con la sentencia correspondiente.
Ni siquiera sus padres estuvieron ahí para despedirlo, y por fin comprendió la magnitud de la soledad en la que siempre estuvo absorto, la que desde la infancia trató de evitar a costa de acaparar atención por medio de dañar a otros y hacerse el invencible.
Paula se mantuvo al margen de todo el proceso, su terapeuta le recomendó que no se viera involucrada y se expusiera a otro episodio de esa magnitud. No obstante, la información se coló también a los ojos y oídos de la joven, quien al enterarse del castigo que recibió Gustavo, no hizo más que sentirse inconforme; lloró con impotencia la muerte de su amiga y se preguntaba todo el tiempo el motivo de lo sucedido. Era incapaz de hallarle un sentido a los hechos y a veces pensaba que estaba dentro de una especie de pesadilla.
Con trabajos sacaba fuerzas para presentarse en la escuela, hacer los finales e ir de regreso a casa. De ser la persona más odiada y señalada por sus compañeros pasó a ser la más compadecida, de quien más se sentía pena y a la que más se quería apoyar. No obstante, Paula los repudiaba a todos, se negaba a responderle a cualquiera, ignoraba a quienes le daban el pésame por la muerte de su amiga y rechazaba sus invitaciones a estudiar para exámenes.
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Lo que se diga de Paula | ✅ |
Teen FictionPaula es señalada como la chica fácil del instituto; creía ser capaz de soportarlo y hacer oídos sordos, pero ahora está embarazada, su novio duda de ella y nuevos rumores amenazan con manchar aún más su reputación. ■■■ La vida de Paula mejoró cuand...