●Prólogo●

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Abril, 2016

Junior llegó a la casa de Dante y Simona 40 minutos tarde, sabía que probablemente se lo iban a reclamar pero tuvo un día agitado en el trabajo, estaba cansado y quería dormir, por más que sean casi la 1 de la tarde. Después de bajar de su auto, subir las escaleras de la entrada y tocar el timbre, Dante abrió con una sonrisa enorme que le hacía tener esos ojitos achinados característicos de él (algo que le había ayudado a conseguir bastantes minas, en su época de soltería claramente) 

"-Al fin llegas pendejo"-Dijo mientras abrazaba a su hermano menor.-"Creímos que te habías olvidado" 

"-¿Cómo me voy a olvidar? Si nos jodiste toda la semana para esto"- Junior entró e inmediatamente vió a su otro hermano Romeo, el más grande de los 3, con su novia Lula. Estaban hablando con Ailin y Trini, amigas de Simona, por lo que fue a saludarlos.

Después de saludar a las otras personas que se encontraban ahí, escuchó el timbre. Vió que Dante estaba ocupado con los últimos preparativos del almuerzo, y Simona seguía arriba arreglándose (esa chica se tardaba horas), decidió atender él. Pasó por entre medio de la gente y abrió la puerta.

Blas estaba del otro lado, mirándolo directamente a los ojos. 

"-Volviste"- Fue lo primero que se le ocurrió decir.

"-Volví"

"-Creí que te ibas a quedar en Canadá más tiempo"-Blas se rió.

"-Si querés te cuento pero dejame pasar primero"- Junior se dió cuenta que todavía estaban en la entrada parados y se sintió un pelotudo. Ver a Blas de nuevo después de tanto tiempo lo sorprendió mucho, aunque no lo quería demostrar.

"-Eh, sí perdón,pasá"- Después de ese encuentro medio incómodo, los dos chicos entraron justo cuando Simona estaba bajando. Dante la miró con tanto amor en los ojos que Junior casi vomita, pero al mismo tiempo estaba feliz por su hermano. Sabía lo mucho que había esperado para estar con ella y lo mucho que los dos se amaban. Internamente deseó que alguien lo mirara así algún día. 

Después de un tiempo, todos ya estaban sentados a la mesa para empezar con ese tan esperado almuerzo.

"-¿Y el tío?"-Preguntó Junior, sentándose al lado de Blas ya que era el único lugar libre que quedaba, pensó que el universo estaba en contra suya en ese momento.

"-Dijo que la clínica estaba bastante ocupada pero que viene en un rato con Marilina"-Junior asintió a la respuesta de Romeo.

  ¿Entonces para qué me jodieron tanto con que venga tan temprano?- No pudo evitar pensar, pero se quedó callado para evitar peleas por algo tan boludo como eso.

Ya todos sentados a la mesa, empezaron a comer entre medio de risas, historias y anécdotas. Lo típico que siempre sale en las reuniones familiares. Blas contó cómo le fue en su estadía en Canadá, y que volvió porque extrañaba mucho estar acá. Junior escuchaba atento, y de vez en cuando lo miraba de reojo, pero no le dirigió la palabra. Se sintió un pendejo inmaduro como era hace 6 años, cuando tenía 18, pero la llegada de Blas le había hecho recordar todos esos momentos compartidos con él, cuando eran amigos cercanos y se quedaban horas hablando, jugando a la play, hasta cuando Blas se quedaba a dormir en la casa de Junior y viceversa (en ese tiempo era más amigo de él que de Dante), y junto con esos recuerdos vinieron los sentimientos, esos que eran mejor ignorar. 

Sus pensamientos se interrumpieron cuando Simona se levantó de la mesa, llamando la atención de todos.

"-Bueno, por más que con Dante amemos hacer estos almuerzos sólo para juntarnos un rato y cagarnos de risa, hoy si hay un motivo aparte por el que los invitamos"- Hizo una pausa y miró a su novio. -"Estoy embarazada" 

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