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xiii. Oferta

"-Junior no podemos estar todo el día acostados acá, en algún momento tenemos que levantarnos. Y vos tenes que ir a la clínica"-Era la tercera vez que el mayor le reprochaba esto a su ¿Amigo? ¿Novio?, ni él lo sabía con exactitud, pero tampoco quería apresurar las cosas entre ellos. El cumpleaños de Blas había sido hace exactamente 8 días, y ninguno de los dos se animaba a hacer la típica pregunta de "¿Qué somos?" ya que temían la respuesta que se podían llegar a encontrar. Y si, por más que en esos 8 días no se habían separado del lado del otro, ese miedo irracional seguía intacto. 

"-Para un poco, exagerado. Son las 8 de la mañana"-Junior se dio vuelta como para seguir durmiendo, zafándose de los brazos del rizado. El calor que Blas le brindaba esfumándose de su cuerpo. 

"-Dale, le voy a preparar la mamadera a Luna y cuando vuelva te quiero ver levantado"-Le dio un beso en la frente y bajó, dejando a Junior embobado por el cariño que Blas le daba. 

15 minutos después, cuando Blas tenía ya todo preparado para el desayuno, con su ahijada en brazos, escuchó el timbre de la puerta.

"-Voy yo"-Dijo Junior, terminándose de poner la remera. Al abrir se encontró con Leo, vestido de traje como siempre acostumbraba. El menor se sorprendió al verlo ahí tan temprano, pero igualmente lo saludó y entraron. 

"-Hola, ¿Qué haces tan temprano por acá?"-Preguntó Blas, mientras se servía un poco de café en la taza que le había regalado Junior hace un par de días atrás, según él era un "regalo de cumpleaños atrasado".

"-Nada, supuse que los dos iban a estar despiertos a esta hora visto y considerando a la pequeña de acá"-Leo alzó a Luna, ganándose una risa de su parte.

Después de hablar por algunos minutos, Leo hizo la pregunta que Blas había estado evitando responder estos días.

"-Che, ¿Qué onda vos? ¿Qué vas a hacer con la oferta?"-Un silencio incómodo se formó en la cocina, y Leo al instante se dio cuenta de que había hablado de más. Junior le mandó una mirada llena de confusión al mayor, y Blas no pudo hacer más que agachar la cabeza.

"-¿Oferta? ¿Qué oferta, Blas?"

Hace unos días, Blas había recibido una llamada de Canadá. Era uno de sus amigos más cercanos con el cual pasó mucho tiempo en su estadía allá, diciéndole que le había conseguido trabajo en un bar muy prestigioso de aquel país y que la paga era mucho más buena de lo que estaba ganando en Argentina. En el momento, él claramente había dicho que no, a lo que su amigo le dijo que estaba loco si no aceptaba, y que le iba a dar un poco más de tiempo para que lo pudiera pensar. Esto lo sorprendió tanto, que decidió contárselo a Leo, ya que desde hace tiempo se habían vuelto bastante cercanos, lo cual al parecer había sido una mala idea.

"-Me ofrecieron trabajo en Canadá, Junior"-Contestó el mayor, después de suspirar pesadamente.-"Yo igual dije que no"

"-Pero quisiste decir que si, ¿No?"-Sintió como el corazón le empezaba a palpitar fuerte, dejando que el nerviosismo que sentía se apoderara de todos sus sentidos. Sabía que esto no iba a terminar bien. Vio como Leo dejaba a Luna en su silla, y escuchó que dijo algo parecido a "Me voy" seguido de disculpas, pero en realidad no estaba seguro. Lo único que podía escuchar era a su corazón acelerándose con cada segundo que pasaba.

"-Bueno, no sé, me dijo que era bastante plata. Y necesitamos esa plata, se nos está haciendo bastante difícil mantener esta casa"

"-¿Y por qué no me contaste antes? Me tuve que enterar por Leo, man"-Junior sentía una mezcla de rabia y angustia increíble, y se notaba en su tono de voz.

"-Porque no quería que te enojaras como claramente está pasando"-Contestó Blas, apoyando ambas manos en la mesa. En ese momento deseó que la tierra lo tragara para tener que ahorrarse toda esta pelea.

"-Entonces estás pensando en decir que sí"

"-Mira Junior, es difícil. Antes hubiera dicho que si al toque, sin pensarlo"

"-¿Antes de Luna y de mi? Ah mira, y ¿Como pensabas hacerlo? ¿Nos iban a llevar con vos o nos ibas a dejar acá?"-Cada vez sentía que se enojaba más, aunque el enojo no era nada comparado a la inmensa tristeza que se estaba propagando por todo su cuerpo. 

"-No sé, nunca tuve que pensar por tres, ni siquiera por uno solo. Me estoy tratando de acostumbrar todavía. Es una oferta nada más"-El rizado estaba haciendo todo lo posible para no largarse a llorar de la rabia ahí nomas, mientras puteaba a Leo internamente. 

"-No no es eso nada más, eso era lo que querías, irte a la mierda de acá"

"-Para, ¿Yo me quería ir? Dejé todo para estar acá, dejé todo para poder hacer bien este papel"

"-¿Papel?"-Junior, una vez más, sintió como se le caía el mundo a pedazos. Parece que ya se le estaba haciendo costumbre sentirse de esa manera. Abandonado, solo-"¿Entonces estuviste fingiendo todo este tiempo con Luna"

"-No, con Luna no, la amo"

"-Ah, sólo conmigo"-Su tono de voz anterior fue reemplazado por apenas un susurro.-"¿Sabes qué? Acepta el trabajo, vamos a estar igual de bien sin vos"-Dijo mientras alzaba a Luna para poder llevarla a la clínica con él, ya que no podía pasar un segundo más viendo a Blas, sabiendo que su historia con él no iba a ser más que eso. Una historia.

Y mientras agarraba el bolso, y sentía las lágrimas asomarse, supo que esa fue la mentira más grande que alguna vez dijo. 

Él no iba a estar bien sin Blas.