xiv. Nos vemos allá

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Julio, 2018

"-No puede ser, Junior Guerrico cocinando. Esto es de otro mundo"-Escuchó la voz de Fidel entrando a la cocina, con Luna de la mano. Hace un mes había empezado a caminar por su cuenta y ahora nadie la podía parar.
"-Bueno al menos estoy intentando che, vos ni eso"- Contestó desviando la mirada de su (un poco quemada) tortilla de papa. Con Fidel no eran nada oficialmente, un día (hace ya un par de meses) Junior la llevó a su ahijada a una revisión ya que se venía recuperando de una fiebre y lo vio ahí, tan lindo y amable que no pudo evitar preguntarle si alguna vez podían salir a tomar algo. Tal vez lo hizo porque se sentía solo después de la partida de Blas, tal vez lo hizo para poder olvidarse de todo lo que el mayor le hacía sentir. Junior nunca se paró a pensar el porqué, aunque internamente, y por más que no se lo quería admitir a si mismo, lo sabía. Romeo le dijo mil veces que eso estaba mal, que la típica frase de "un clavo saca a otro clavo" nunca funcionaba, pero él no creía que eso era lo que estaba haciendo con Fidel. El menor estaba seguro que lo quería, lo había aprendido a querer en poco tiempo y jamás lo hubiera usado de esa forma porque era un hombre bueno, capaz demasiado bueno para él.
"-Acordate que Blas la va a venir a buscar esta tarde"-Comentó Fidel, mientras dejaba a Luna en su silla para que pueda comer, él estaba al tanto de toda su situación con Blas. Junior le había contado en una de sus salidas, cuando el vino ya había empezado a hacer efecto en el cuerpo del menor, la historia que hace apenas unos meses tuvo con el rizado. Y mientras escuchaba atentamente, también pudo notar lo triste que sonaba y más de una vez quiso abrazarlo y decirle que estaba bien, que entendía por lo que estaba pasando, pero se limitó a seguir escuchando y asentir. Sabía en lo que se estaba metiendo, sabía que probablemente su historia iba a terminar tan rápido como empezó, pero igual quiso arriesgarse. Igual quiso intentar algo con ese chico de pelo marrón y ojos apagados, porque algo dentro de él le dijo que valía la pena, terminara como terminara.
"-Si ya sé"-Junior también sabía que el cumpleaños de Romeo era en 4 días y que Blas se iba a quedar no sólo para venir a pasar sus días correspondientes con Luna, si no que también para estar en esa fiesta.

Después de que comieran y se quedaran más tiempo hablando, Fidel tuvo que irse al hospital, avisandole que seguramente iba a salir tarde y se tenga que ir a su departamento. Con un beso final, se despidieron. Al cabo de unas horas, escuchó el timbre de la puerta hacer eco en toda la casa, Junior sintió el nerviosismo de siempre al escucharlo, sabiendo inmediatamente de quien se trataba. Ignorando el latido agitado de su corazón, abrió la puerta, encontrándose a Blas, con sus rulos característicos un poco despeinados, notó también que se había dejado crecer la barba y no podía creer que alguien tan hermoso como él pueda ser real. Se acordó de aquella vez en donde el mayor había vuelto de estar 8 meses en Canadá y lo sorprendió ahí, en esa misma puerta, hace casi ya 2 años. Sólo que esta vez las cosas eran muy diferentes, en muchos aspectos.
"-Hola, pasá, Luna está en el corralito. Ya te traigo sus cosas"-Antes de que Blas pudiera contestarle, Junior salió en busca del bolso que más temprano había preparado, lo agarró y rápidamente bajó de nuevo.
"-Te quería decir que me voy a quedar un poco más de tiempo, por el asunto del cumpleaños de Romeo, no sé si sabías que me invitó"-Dijo, mientras se ponía el bolso en el hombro y se agachaba para alzar a Luna.
"-Si, me contó. Me alegra que te haya invitado...Digo, para que puedas pasar más tiempo con ella"
"Y conmigo", pensó Junior inconcientemente. Estaba tratando con todas sus fuerzas que ese sentimiento se vaya, el de querer abrazarlo y decirle que se quede, que no vuelva a Canadá nunca más, que lo necesita acá. Pero no podía, y también pensó en Fidel, y en como no se lo merece, no se merece tener a alguien como él al lado, que a pesar de no ser nada oficial, igual lo banca en todas. La voz de Blas lo sacó de sus pensamientos.
"-Bueno, nos vemos allá entonces"-El rizado le sonrió y tan rápido como vino, se fue.
Junior no pudo evitar que se le escapara una sonrisa.

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después de 84 años por fin volví, sé que hace casi un mes no subo nada pero la verdad todo lo que escribía no me gustaba, este cap lo escribí unas 3 veces e igual sigue siendo malo, increíble, pero traté de mejorarlo lo mejor que pude.
también estoy trabajando en otra historia que espero sea mejor que esta ahre, asi que perdón y gracias si siguen leyendo💖

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