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vi. Angustia

Estos últimos días habían sido una montaña rusa para los dos amigos, se estaban preparando para el juicio en el que legalmente pasaba la custodia de Luna a Junior y Blas y ninguno se sentía preparado para eso, aunque los dos querían aparentar lo contrario. Diego, Marilina y Romeo los habían estado ayudando mucho en todo, hasta Trini, Agus y Ailín se había ofrecido, y eso lo agradecían inmensamente. Después de cambiar a Luna, agarraron todo lo necesario y salieron al juzgado.

"-Luna Guerrico Sánchez"- Se escuchó la voz del oficial de policía, haciendo que Junior, quien cargaba a la bebé, Blas y Johnny se pararan rápidamente frente a la juez que estaba a cargo.

"-Bueno, leí las alegaciones y el testamento y como los eligieron a ustedes como tutores, no veo cuál es el motivo para contravenir el deseo de los padres. Por lo tanto, entrego la custodia legal y física de Luna Guerrico Sanchez a Blas Martín Quevedo Linares y Ricardo Guerrico"

Al salir de ahí ninguno de los chicos dijo una palabra, se despidieron del abogado y amigo de la familia, y partieron rumbo a la mansión de Diego. Toda la situación parecía mentira, hace unos días estaban despidiendo a dos de las personas más importantes en sus vidas y ahora eran tutores legales de una bebé, y además vivían juntos. Se les estaba dando vuelta el mundo, y muy, muy en el fondo tenían un miedo inmenso, ese miedo de fracasar, de no ser lo que Dante y Simona esperaban en ellos. Aún con mil pensamientos en la cabeza, continuaron el viaje en un silencio un tanto incómodo. La única vez que hablaron fue cuando Blas le comentó a Junior que tenía que pasar por su (ahora ex) departamento a buscar unas cuantas cosas que necesitaba.

Cuando llegaron a la casa de su tío, Marilina los estaba esperando con una sonrisa enorme. Los abrazó a los dos, y después alzó a Luna, también abrazándola y llenándola de besos en toda la cara. La bebé no pudo evitar soltar pequeñas risas y era obvio, Marilina era una persona que irradiaba alegría, incluso cuando ella no estuviera bien. Blas se despidió y Junior entró seguido de ella.

"-Bueno, cuéntame cómo les fue allá"- Dijo la mujer, sentándose en el sillón del living. En ese momento entró Javiera, la mucama, saludando a Junior con muchos besos (él siempre fue su favorito), y a Luna le dió un beso en la cabeza seguido de un "cada vez está más grande esta niña hermosa". Les sirvió unos jugos a todos y se despidió diciendo que tenía varias cosas que hacer en la casa, ya que Lucre se había tomado unos días.

"-Nos dieron la custodia legal. Ahora todo es serio"- Le contestó Junior, también sentándose en el gran sillón de la enorme casa en donde vivió tanto tiempo.

"-Sabes que nosotros vamos a estar acá para lo que necesiten, siempre. Pasaron muchas cosas en estos días, demasiadas, y ahora más que nunca necesitamos estar juntos como familia"- Con su mano libre acarició la mano de Junior. En estos años Marilina se había convertido en una figura materna que el menor siempre necesitó, siempre pudo hablar con ella de todo y esta no era la excepción.

"-Tengo miedo, tengo miedo de todo lo que pueda pasar, de no ser lo que Luna necesita en este momento. Y sé que Blas también tiene miedo pero nunca lo va a admitir. Dante era un padre excelente y Simona era una madre increíble y ahora no están y no sé qué hacer ¿Entendés? Ellos serían los primeros a los que llamaría para pedirles ayuda con todo esto, eran los primeros a los que llamaba para todo. Y ahora no puedo, no puedo llamarlos"-Odiaba ponerse a llorar enfrente de otras personas pero ahora no aguantaba más, necesitaba descargarse.-"Los extraño tanto"

En ese punto ya estaban ambos adultos llorando, tratando de consolarse mutuamente, porque se entendían, entendían muy bien lo que el otro estaba sintiendo y era un dolor que tal vez nunca se iba a ir.

Después de estar un par de horas ahí, en donde Romeo apareció con Lula para saludar, Blas le mandó un mensaje diciendo que ya estaba en la casa, así que decidió irse para allá. Le pidió a su hermano si podía alcanzarlo a lo que el mayor aceptó y rápidamente se subieron al auto.