UN HOMBRE SOLITARIO

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Cuando termine la interesante charla con aquellos hombres, a quien seguramente los volvería a ver, me dispuse a seguir a Adán, solo que en el momento en que di mi primer paso, en lo que sería el cielo, aparecí en otro lugar, este era un jardín rojo pues tenía solamente flora de ese color.

- Es como un recuerdo de lo que sucedió.

Adán me saco de mis pensamientos, después recordé la manzana del Árbol del Edén, y en particular al centro se encontraba un árbol cuyo fruto eran manzanas, esto sí que debía ser un gran recuerdo.

- ¿Así era el jardín? - Pregunte asombrado

- No, era muy distinto a este, en él había frutos que los humanos nunca sabrán, lo mismo pasaba con la fauna, los animales eran distintos, de hecho, la evolución de flora y fauna ocurrió hasta después del Arca. – Respondió con una sonrisa.

- En este lugar hay muchas flores que en mi vida había visto.

- Lo sé Nate, El me permitió hacer este jardín como a mí me pareciera y así lo hice.

- ¿Y Ella dónde está? – Pregunte recordando a su compañera, Eva.

- Nos separaron, pocas veces al año la veo, sabes, la extraño demasiado Nate, ojala todo hubiese sido distinto. – Sus ojos ahora se posaban en las flores por donde caminábamos. – Me siento como un hombre solitario.

Me sentía mal por él, se veía arrepentido, pero su acción hizo que los humanos fuesen distintos.

- Y...

- Caín está en otra sección muy distinta. – Me dijo como si hubiera leído mi mente. – Es lo único que se dé él y Abel viene a veces a visitarme o voy yo y lo visito. Pero bueno Nate no vinimos a hablar sobre mi familia. Estamos aquí para que yo resuelva tus dudas, fui el primero así que conozco todo, hay cosas que por privacidad total no puedo decirte, pero en lo demás, todo se te será respondido.

- Bueno, comencemos por el principio entonces, si soy parte de la séptima generación de Ángeles Humanos, las otras generaciones, ¿por qué fallaron?

- ¿Fallaron? Formula bien tu pregunta. – Respondió Adán fríamente.

- Sí, me refiero a que porque si eran AH, fallaron, se supone que son inmortales ¿no?

- Ahí encontré dos preguntas eh. Si, son inmortales, y si te preguntas si lo serás tú también, si, lo serás.

Le sonreí ante esa respuesta, seria genial todo eso de ser inmortal.

- Puedo proseguir o ¿estás pensando en tirarte a un lugar lleno de tiburones para probarlo?

- Oye no es mala i...

- No, ni lo pienses, probar tu fe es una mala idea.

- Prosigue. – Le respondí desilusionado.

- No era como que hubiesen fallado, sino que su tiempo había terminado, recuerda que sí, eres inmortal pero para Dios sigues siendo un humano, y Él había decidido que era tiempo de fallecer.

- ¿Por qué no simplemente Dios termina con el habitad de Satanás y los suyos?

- Porque no es tan fácil como suena, las cosas no se rigen así.

Durante este juego curioso, de pregunta y respuesta, recorríamos aquel jardín rojo que seguía teniendo como centro aquel manzano.

- ¿Cómo es Dios? – Pregunte fascinado.

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