EVA

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Después de haber saludado a los padres de Carolina nos fuimos de aquel lugar, lleve a Pablo a su casa y después nos regresamos a la mía, estacione la camioneta y ayude a Lili con su maleta.

- ¿Segura que tus padres no se van a molestar? – Pregunte curioso.

- Sí, no pasa nada. – Respondió con un giño.

- Bueno, pues vamos.

Entramos a la casa y no había algún rastro de vida en ella, subí a los cuartos y nada.

- Hay una nota aquí en la cocina. – Grito desde abajo mi mejor amiga.

- ¿Qué dice?

- Hijo salimos a comprar un poco de despensa, volvemos pronto.

Esperamos a que mis padres llegaran, subimos a mi alcoba y nos acomodamos de tal forma que ella dormiría en mi cama y yo en el suelo, estuvimos platicando un rato y después escuchamos que mi familia había llegado, bajamos y Liliana los saludo a todos, después nos sentamos todos a cenar tacos que mis padres habían traído, al finalizar subimos nuevamente a mi cuarto y ahí nos quedamos toda la noche.

Al siguiente día Liliana se metió a bañar en lo que yo bajaba para ayudar a la señora Alai a preparar el desayuno, y después de haber comido nos fuimos al instituto, ahí me encontré con Carolina, estaba conversando con sus amigas como de costumbre, como si nada hubiera pasado, ella volteo a verme y se acercó a saludarme, ahí fue donde vi que portaba el collar aun.

- Hola. – Dijo con dulzura después de haber depositado un beso en mi mejilla.

- Hola Caro. – Le sonreí. - ¿Cómo estás?

- Bien, con un poco menos de dolor de cabeza.

- ¿Qué esperabas? Después de aquella noche.

- Es lo que no entiendo aun. – Dijo preocupada.

- ¿Entender qué?

- Era un Dry Bar y aun así me puse muy mal.

- Sí, pero posiblemente el vino te haya jugado una mala pasada.

- Lo olvidaba. – Dijo tomando mi brazo. – Oye por cierto me gustó mucho todo el conjunto que me regalaron.

- Me gusta escuchar eso. – Dije mientras caminábamos.

Llegamos al aula y después nos introdujimos en él, comenzaron las clases, ese día estuvo algo normal; llegue a mi casa y me puse a limpiar un poco mi cuarto y le ayude a mi madre a limpiar la casa también, luego el martes fui a ver a Pablo que se encontraba pintando su casa y pues no pudimos salir, el miércoles también fue un día aburrido, solo fui a la escuela y en la tarde acompañe a mi hermano a un partido de futbol que tenía. El jueves decidí que tenía que ir a ver a Adán.

Cielo

- ¿Eva? – Mi voz sonó más como una pregunta que como una expresión al verla.

- Hola Uno. – Dijo ella con una dulce voz.

- ¿Cómo subiste? – Pregunto extrañado mi mentor.

- Eh... bueno creo que solo lo desee y listo. – Le sonreí.

- ¿Pasa algo?

- No, solo quería conversar contigo. – Hable con Adán. – Pero creo que tienes visitas. – Dije al voltear a ver a Eva.

- Entonces nos vemos mañana. – Dijo algo serio.

Ángeles HumanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora